/ miércoles 30 de octubre de 2024

Subrayando | Primer paso a la inmortalidad

A la edad de ocho años, recién muerto su abuelo, la niña Juana Inés, seguía leyendo los libros, que eran de la biblioteca de la hacienda de Panoayan, su madre Isabel Ramírez, después de dejar la casa de Nepantla, se fue, en 1655, con sus tres hijas, Maria, Josefa y Juana Inés, a administrar la hacienda de Panoayan, cerca de Amecameca, Estado de Mexico, ahí, todavía vivía la abuela Doña Beatriz Rendon.

El padre Diego Calleja, biógrafo de Sor Juana Inés de la Cruz, dice “Que cuando aún no cumplía los ocho años, escribió la niña un poema (una Loa) al Santísimo Sacramento, con la fue premiada con un libro, y que seguramente eso motivo la recomendación del párroco Francisco Muñiz de que en vista de la precoz inteligencia y su inclinación a las letras la enviarían a Mexico, en donde tendría un horizonte más amplio para cultivarla.” Y así se inició el difícil camino a la inmortalidad.

La loa de Amecameca, es un dialogo ingeniosamente bilingüe entre el castellano y el nahuatl, escrito con toda naturalidad, como si en el dialogo se entendieran perfectamente. En español se refiere a que, en la festividad de Corpus, se conmemora la mayor fineza de Cristo que se sacramento para instituir la comunión. Esta parte es muy importante porque al pasar los años, e insistir en ello, fue atacada, en 1690, por el padre Fernández de Santa Cruz publicando la “Carta Atenagorica”.

La obra premiada es una Loa satírica mixta de una comedia representada en el atrio de la iglesia del convento dominico de nuestra señora de la Asunción de Amecameca en la festividad de Corpus Cristi.

El texto esta dividido en dos partes en la primera se presenta en el atrio una niña, que mezclando las dos lenguas dice:

Apenadísima vengo

con sobrada desvergüenza

sobre aqueste escenario

donde apenas quepo extensa

de vuestra parte pidiendo

muy pequeñita licencia

a favor de la comedia

que en esta fiesta de Corpus

es cierto, representamos….

A la edad de ocho años, recién muerto su abuelo, la niña Juana Inés, seguía leyendo los libros, que eran de la biblioteca de la hacienda de Panoayan, su madre Isabel Ramírez, después de dejar la casa de Nepantla, se fue, en 1655, con sus tres hijas, Maria, Josefa y Juana Inés, a administrar la hacienda de Panoayan, cerca de Amecameca, Estado de Mexico, ahí, todavía vivía la abuela Doña Beatriz Rendon.

El padre Diego Calleja, biógrafo de Sor Juana Inés de la Cruz, dice “Que cuando aún no cumplía los ocho años, escribió la niña un poema (una Loa) al Santísimo Sacramento, con la fue premiada con un libro, y que seguramente eso motivo la recomendación del párroco Francisco Muñiz de que en vista de la precoz inteligencia y su inclinación a las letras la enviarían a Mexico, en donde tendría un horizonte más amplio para cultivarla.” Y así se inició el difícil camino a la inmortalidad.

La loa de Amecameca, es un dialogo ingeniosamente bilingüe entre el castellano y el nahuatl, escrito con toda naturalidad, como si en el dialogo se entendieran perfectamente. En español se refiere a que, en la festividad de Corpus, se conmemora la mayor fineza de Cristo que se sacramento para instituir la comunión. Esta parte es muy importante porque al pasar los años, e insistir en ello, fue atacada, en 1690, por el padre Fernández de Santa Cruz publicando la “Carta Atenagorica”.

La obra premiada es una Loa satírica mixta de una comedia representada en el atrio de la iglesia del convento dominico de nuestra señora de la Asunción de Amecameca en la festividad de Corpus Cristi.

El texto esta dividido en dos partes en la primera se presenta en el atrio una niña, que mezclando las dos lenguas dice:

Apenadísima vengo

con sobrada desvergüenza

sobre aqueste escenario

donde apenas quepo extensa

de vuestra parte pidiendo

muy pequeñita licencia

a favor de la comedia

que en esta fiesta de Corpus

es cierto, representamos….