/ lunes 27 de mayo de 2024

#TodoComunica | El Poder es nuestro. Vamos en el mismo barco

Sí, es real. Millones de personas que en su momento votaron a favor del proyecto político que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, están decepcionadas. Frustradas porque las expectativas no se cumplieron en muchos aspectos de la vida en México: social, económica, política, de justicia, en salud y educación, lucha contra la corrupción, entre otros, y, por el contrario, hay retrocesos significativos.

López Obrador enarboló el enojo de un amplio sector de la población mexicana que durante años quedó al margen del camino, sin oportunidades reales para mejorar sus condiciones de vida. Ese desaliento y reproche a la élite política del país se acentuó cuando sus “liderazgos” pretendían mostrarse como la realeza europea y no cercanos a la sociedad mexicana.

Como lo advierte Michael J. Sandel (La Tiranía del mérito, 2020): “interpretar la protesta populista como algo malévolo o desencaminado, absuelve a la élite dirigente de toda responsabilidad por haber creado las condiciones que han erosionado la dignidad del trabajo e infundido en muchas personas una sensación de afrenta y de impotencia. La rebaja de la categoría económica y cultural de la población trabajadora en décadas recientes no es el resultado de unas fuerzas inexorables, sino la consecuencia del modo en que han gobernado la élite y los partidos políticos tradicionales”.

Justo ahí se ubica la narrativa que sostiene al gobierno de López Obrador, aunque ahora él encarna a esa élite política y tiene resultados decepcionantes como administración pública. En varios sectores hay enojo y molestia, aunque no se atreven a expresarlo, ni a las encuestas y menos a quienes sospechan como aplaudidores de la 4T.

Esa decepción con el régimen obradorista, que se acentúa entre quienes le apoyaron en “su lucha” durante décadas, puede cobrar factura el próximo domingo 2 de junio. Aunque se insista en la narrativa oficialista que todo está definido.

En el año 2000, el gobierno en turno y su partido -el PRI- afirmaban que mantendrían el poder (gracias a sus estructuras clientelares). Incluso Vicente Fox, el candidato del PAN a la Presidencia, estaba seguro de que habría un fraude electoral en su contra. La sorpresa fue mayúscula cuando las encuestas de salida le daban ventaja aquel domingo 3 de julio.

La decisión será -sí o sí- de quienes acudamos a votar. Por la opción que se decida, los votos sí cuentan. El reto es convencernos de que como ciudadanía tenemos el poder real para continuar o cambiar, más allá de lo que afirmen los partidos políticos. Ojalá que esa determinación mayoritaria sea para beneficio de toda la población, porque todas y todos… vamos en el mismo barco.

#TodoComunica

Por quien usted decida, pero acuda a votar el próximo domingo 2 de junio. Ubique su casilla porque cambiaron los sitios de votación https://ubicatucasilla.ine.mx/

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC

Sí, es real. Millones de personas que en su momento votaron a favor del proyecto político que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, están decepcionadas. Frustradas porque las expectativas no se cumplieron en muchos aspectos de la vida en México: social, económica, política, de justicia, en salud y educación, lucha contra la corrupción, entre otros, y, por el contrario, hay retrocesos significativos.

López Obrador enarboló el enojo de un amplio sector de la población mexicana que durante años quedó al margen del camino, sin oportunidades reales para mejorar sus condiciones de vida. Ese desaliento y reproche a la élite política del país se acentuó cuando sus “liderazgos” pretendían mostrarse como la realeza europea y no cercanos a la sociedad mexicana.

Como lo advierte Michael J. Sandel (La Tiranía del mérito, 2020): “interpretar la protesta populista como algo malévolo o desencaminado, absuelve a la élite dirigente de toda responsabilidad por haber creado las condiciones que han erosionado la dignidad del trabajo e infundido en muchas personas una sensación de afrenta y de impotencia. La rebaja de la categoría económica y cultural de la población trabajadora en décadas recientes no es el resultado de unas fuerzas inexorables, sino la consecuencia del modo en que han gobernado la élite y los partidos políticos tradicionales”.

Justo ahí se ubica la narrativa que sostiene al gobierno de López Obrador, aunque ahora él encarna a esa élite política y tiene resultados decepcionantes como administración pública. En varios sectores hay enojo y molestia, aunque no se atreven a expresarlo, ni a las encuestas y menos a quienes sospechan como aplaudidores de la 4T.

Esa decepción con el régimen obradorista, que se acentúa entre quienes le apoyaron en “su lucha” durante décadas, puede cobrar factura el próximo domingo 2 de junio. Aunque se insista en la narrativa oficialista que todo está definido.

En el año 2000, el gobierno en turno y su partido -el PRI- afirmaban que mantendrían el poder (gracias a sus estructuras clientelares). Incluso Vicente Fox, el candidato del PAN a la Presidencia, estaba seguro de que habría un fraude electoral en su contra. La sorpresa fue mayúscula cuando las encuestas de salida le daban ventaja aquel domingo 3 de julio.

La decisión será -sí o sí- de quienes acudamos a votar. Por la opción que se decida, los votos sí cuentan. El reto es convencernos de que como ciudadanía tenemos el poder real para continuar o cambiar, más allá de lo que afirmen los partidos políticos. Ojalá que esa determinación mayoritaria sea para beneficio de toda la población, porque todas y todos… vamos en el mismo barco.

#TodoComunica

Por quien usted decida, pero acuda a votar el próximo domingo 2 de junio. Ubique su casilla porque cambiaron los sitios de votación https://ubicatucasilla.ine.mx/

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC