El Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la corrupción “se lleva más del 5 % del Producto Interno Bruto mundial. De los aproximadamente 13 billones de dólares de gasto público mundial, hasta el 25 % se pierde a causa de la corrupción”, explicó Lachezara Stoeva, presidenta del referido consejo.
Ese costo no es solamente económico, porque también favorece y empeora la pérdida de recursos naturales, exacerba la pobreza y la desigualdad, erosiona la confianza y la cohesión social, además de que socava la estabilidad económica y política, informa el sitio de noticias de la ONU.
En el caso de México, Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana divulgaron -al inicio de este año- que en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) nuestro país se ubica con 31 puntos (entre cero y 100, donde cero es la peor). Eso nos coloca en la posición 126 de 180. El sitio web de Transparencia Mexicana reportó que, entre los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “México ocupó la última posición”.
Por ello, cobra relevancia la Semana Nacional contra la Corrupción 2023 organizada por las universidades Autónoma del Estado de México (UAEMex) y Autónoma Metropolitana (UAM), así como el Instituto de Políticas Públicas del Estado de México y Municipios (IAPEM) y que se desarrollará esta semana que inicia.
En el mismo sentido, es importante que -desde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex- se impulse la segunda promoción del Diplomado en Ética Pública y prevención de la corrupción en el servicio público, coordinado por Nuria Ferreira Mañá. Está dirigido a servidores públicos “que sienten gran inquietud, e incluso a veces angustia, por la corrupción que les rodea en su lugar de trabajo y que buscan respuestas ante esta lacra”, explicó ella.
Desde la visión de los especialistas en la materia, no bastan los controles externos a los servidores públicos para impedir actos indebidos, sino que debe desarrollarse una nueva conciencia. “Si un político o un funcionario ha decidido sobornar, extorsionar, desviar recursos o practicar el nepotismo, lo va hacer por muchos controles externos que existan”, indicó Ferreira.
El diplomado (arranca el próximo 26 de enero) tiene cuatro propósitos: transmitir cómo se forma el espíritu de servicio; mostrar los valores y principios que deben guiar la conducta; transmitir la interiorización de valores para su práctica; y exponer los instrumentos éticos de aplicación para prevenir y controlar prácticas corruptas.
Ahora que inició la nueva administración estatal -cuyo pilar es la transparencia y el combate a la corrupción-, sería importante que cursar el diplomado fuera requisito para ejercer un cargo público.
#TodoComunica
Llama la atención que mientras la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez -en un encuentro con el Infoem- se compromete con la transparencia y el acceso a la información, el jefe de su Gabinete emita un comunicado descalificando ese y otros mecanismos institucionales.
