/ lunes 2 de septiembre de 2024

#TodoComunica | La “HYBRIS” presidencial

En política y en el ejercicio de gobierno -desde la perspectiva de la comunicación- es necesario cuidar dos elementos fundamentales: tiempo y circunstancia. En El Nuevo Príncipe (2003), Dick Morris afirma: “Un político necesita una campaña permanente para mantener una mayoría permanente. Quien no calcula cómo mantener su apoyo todos los días y sobre cada tema, casi inevitablemente caerá” (pp.89). Por ello, el ejercicio de gobierno requiere manejo estratégico de las decisiones y cómo comunicarlas.

Con esa perspectiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador logró su objetivo principal: retener el poder. Ello fue posible porque monopolizó y fortificó su posición -mediante las mañaneras-, de modo tal que él fue su principal defensor y eliminó a sus rivales, tal como lo que plantea el mismo Morris en otra de sus obras (Juegos de Poder, 2002).

De esa forma, López Obrador creó las condiciones para que “su” visión trascienda, aún con la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que asumirá la Presidencia del país. En sus recorridos y giras juntos, López Obrador ha dejado en claro un mensaje simbólicamente muy poderoso: “Claudia será como yo”.

Desde la elección de junio pasado, ha sostenido un tono triunfalista, el cual enfatizó durante su informe de gobierno de seis años (transmitido casi en cadena nacional por medios de comunicación privados, los mismos a los que descalifica). Tiene el “ánimo” de concretar las reformas constitucionales para afianzar “su” cambio de régimen. La reforma al Poder Judicial y la desaparición de los órganos autónomos son las modificaciones más visibles.

Sin embargo, ese ánimo no necesariamente puede ser compartido por la próxima presidenta (aunque en palabras ella sí lo “exprese”), porque -más allá de filias y fobias- es real la posibilidad de una crisis económica, cuya magnitud difícilmente podría estimarse en este momento. Los capitales (que generan empleos) están nerviosos y hay tensiones con Estados Unidos y Canadá, los principales socios comerciales de México.

Si quiere trascender con su propio legado -más allá de ser la primera mujer-, Sheinbaum deberá diferenciarse de su antecesor, quien muestra síntomas de padecer “hybris”.

David Owen, médico y político británico, autor del libro En el poder y la enfermedad (2011), explica los síntomas de la “hybris”: exceso de confianza en uno mismo –“que no busca consejo ni presta oídos a la sabiduría ajena o bien la desprecia, sobre todo si entra en conflicto con el punto de vista del dirigente”-, impaciencia por actuar y falta de atención a los detalles.

Si ese padecimiento se contagia en Palacio Nacional puede provocar severos problemas, no sólo a la presidenta, sino a todo el país… empezando por “el pueblo bueno”.

#TodoComunica

Después de octubre habrá un sismo en la clase política mexiquense. A la salida del actual presidente, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, tomarán decisiones que repercutirán en el gabinete estatal y de ahí para abajo.

Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Contacto en X: @RJoyaC

En política y en el ejercicio de gobierno -desde la perspectiva de la comunicación- es necesario cuidar dos elementos fundamentales: tiempo y circunstancia. En El Nuevo Príncipe (2003), Dick Morris afirma: “Un político necesita una campaña permanente para mantener una mayoría permanente. Quien no calcula cómo mantener su apoyo todos los días y sobre cada tema, casi inevitablemente caerá” (pp.89). Por ello, el ejercicio de gobierno requiere manejo estratégico de las decisiones y cómo comunicarlas.

Con esa perspectiva, el presidente Andrés Manuel López Obrador logró su objetivo principal: retener el poder. Ello fue posible porque monopolizó y fortificó su posición -mediante las mañaneras-, de modo tal que él fue su principal defensor y eliminó a sus rivales, tal como lo que plantea el mismo Morris en otra de sus obras (Juegos de Poder, 2002).

De esa forma, López Obrador creó las condiciones para que “su” visión trascienda, aún con la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que asumirá la Presidencia del país. En sus recorridos y giras juntos, López Obrador ha dejado en claro un mensaje simbólicamente muy poderoso: “Claudia será como yo”.

Desde la elección de junio pasado, ha sostenido un tono triunfalista, el cual enfatizó durante su informe de gobierno de seis años (transmitido casi en cadena nacional por medios de comunicación privados, los mismos a los que descalifica). Tiene el “ánimo” de concretar las reformas constitucionales para afianzar “su” cambio de régimen. La reforma al Poder Judicial y la desaparición de los órganos autónomos son las modificaciones más visibles.

Sin embargo, ese ánimo no necesariamente puede ser compartido por la próxima presidenta (aunque en palabras ella sí lo “exprese”), porque -más allá de filias y fobias- es real la posibilidad de una crisis económica, cuya magnitud difícilmente podría estimarse en este momento. Los capitales (que generan empleos) están nerviosos y hay tensiones con Estados Unidos y Canadá, los principales socios comerciales de México.

Si quiere trascender con su propio legado -más allá de ser la primera mujer-, Sheinbaum deberá diferenciarse de su antecesor, quien muestra síntomas de padecer “hybris”.

David Owen, médico y político británico, autor del libro En el poder y la enfermedad (2011), explica los síntomas de la “hybris”: exceso de confianza en uno mismo –“que no busca consejo ni presta oídos a la sabiduría ajena o bien la desprecia, sobre todo si entra en conflicto con el punto de vista del dirigente”-, impaciencia por actuar y falta de atención a los detalles.

Si ese padecimiento se contagia en Palacio Nacional puede provocar severos problemas, no sólo a la presidenta, sino a todo el país… empezando por “el pueblo bueno”.

#TodoComunica

Después de octubre habrá un sismo en la clase política mexiquense. A la salida del actual presidente, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, tomarán decisiones que repercutirán en el gabinete estatal y de ahí para abajo.

Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Contacto en X: @RJoyaC