/ lunes 8 de abril de 2024

#TodoComunica | Repetir el error significa que no entendieron

    @RJoyaC
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Ha tenido grandes fallos en su administración, la corrupción no ha terminado, nuestro sistema de salud está deteriorado y se han dilapidado recursos públicos en obras poco útiles, aunque sí llamativas como el -mal hecho- Tren Maya; sin embargo, todos los días domina la agenda pública. Nunca, como ahora, un presidente de México tenía tanta proyección como Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con el sitio Oráculus (hasta su última actualización del pasado 2 de abril), el presidente registra una aprobación promedio del 68% y una desaprobación del 28%. Arrancó su gestión con un 76% de aprobación promedio y un rechazo de 14%. Apenas una pérdida de 8%.

El presidente que mejor desempeño ha tenido en la historia reciente del país -guste o no-, de acuerdo con el mismo sitio, ha sido Ernesto Zedillo Ponce de León. A tres meses de su encargo registraba el peor promedio de aprobación con 46% y a los 63 meses de gestión (como ahora López Obrador) Zedillo remontó a 65% de aprobación. Revirtió la evaluación negativa y terminó como el mejor evaluado (comparado con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña) al cerrar con 67% de aprobación (https://oraculus.mx/aprobacion-presidencial/ ).

Si bien López Obrador, en términos de administrar los problemas y asuntos públicos no ha tenido el mejor desempeño, incluyendo la crisis por la pandemia de COVID-19, es aprobado por la mayoría. Ha empleado acertadamente el “poder simbólico”, entendido -como lo plantea Pierre Bourdieu (2000)- como la capacidad de transformar un dato en un enunciado que permita cambiar la visión que se tiene del mundo. Reitera “su” narrativa con sus “otros datos”.

Los ataques que la oposición le lanza no golpean en su “línea de flotación”, a pesar de desaciertos como el desabasto de gasolina al inicio del gobierno, la cancelación del aeropuerto en Texcoco (cuya indemnización nos cuesta miles de millones de pesos), la fallida venta del avión presidencial o el “Cualiacanazo” y la creciente violencia que se vive en el país, por mencionar algunos.

A estas alturas, golpear a AMLO es desaprovechar energía y recursos. El desafío para la oposición no es pegarle al presidente, sino ser una posibilidad real para resolver los problemas. Deben reconocer que una gran parte de la población se entusiasma con los ataques a la clase política “neoliberal” que gobernó durante muchos años.

Si en el debate de ayer (aún no realizado al elaborar este texto), Xochitl Gálvez lo atacó a él y no aportó propuestas que le hicieran “sentir-pensar” a la gente que podría ser mejor, habrá desperdiciado esfuerzo. Si repitió el error que cometió Alejandra del Moral el año pasado en el primer debate, querrá decir que no entendieron.

#TodoComunica

El 11 de abril se conmemora el 212 aniversario del periódico insurgente “El Ilustrador Nacional” y el Día del Periodista Mexiquense y Latinoamericano. ¿Cómo avanzan (o retroceden) las libertades de Expresión y de Prensa en la entidad? ¿Hay motivos para celebrar?

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. X: @RJoyaC