/ lunes 17 de octubre de 2022

#TodoComunica | Salud Mental en el trabajo, más allá de un "échale ganas"

    @RJoyaC
i

Cargas o ritmos de trabajo excesivos y falta de personal; funciones laborales poco definidas; horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles; falta de control sobre el diseño o la carga de trabajo; condiciones inseguras o deficientes; una cultura institucional que permite comportamientos negativos; apoyo limitado de colegas o supervisión autoritaria y demandas conflictivas para conciliar la vida familiar y laboral, son algunos de los riesgos para la salud mental en el trabajo.

Las estructuras laborales poco efectivas para ofrecer apoyo, afectan la capacidad de las personas para disfrutar de una actividad productiva, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha estimado que la depresión y la ansiedad provocan pérdidas anuales de 12 mil millones de días de trabajo y hasta un billón de dólares por pérdida de productividad.

De acuerdo con el organismo, el lugar de trabajo puede constituir un entorno que amplifique los problemas generales que afectan la salud mental, como la discriminación y la desigualdad por sexo, raza, identidad de género, orientación sexual, discapacidad, origen social, condición de migrante, religión o edad.

Se ha identificado que el desempleo y la inseguridad laboral y financiera, son factores de riesgo que pueden motivar un intento de suicidio. Por ello, la OMS recomienda “gestionar los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo” con intervenciones institucionales para evaluar, mitigar, modificar y eliminar los riesgos a la salud mental, como pudieran ser modalidades de trabajo flexibles o la aplicación de mecanismos para eliminar la violencia y el acoso.

Entre las medidas específicas, la OMS plantea capacitar a los administradores para que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional; para que desarrollen competencias interpersonales de comunicación abierta y escucha activa, e identifiquen factores estresantes que impacten en la salud mental de sus colaboradores.

Asimismo, es necesario capacitar a trabajadoras y trabajadores para el conocimiento de la salud mental y reducir la estigmatización de ese tipo de trastornos. Se necesitan intervenciones que desarrollen las competencias para gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental.

Para ello, es vital fortalecer aspectos como: liderazgo y compromiso con la salud mental; inversión de recursos para apoyar a quienes colaboran en una organización; armonizar leyes y reglamentos con marcos internacionales de derechos humanos; incorporar la salud mental a los sistemas de seguridad y salud ocupacionales, y aplicar pruebas sobre riesgos psicosociales.

En las instituciones y organizaciones, públicas y privadas, hace falta impulsar un diagnóstico real de la salud mental, porque esos problemas requieren algo más que “echarle ganas”.

PERCEPCIÓN

El Sistema DIF del Estado de México ha capacitado a más de 7 mil docentes para prevenir y detectar trastornos mentales. Ese ejemplo debería replicarse en otros ámbitos.

Profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC