En 1906 a iniciativa del regidor Silviano García se creó el Parque Guelatao al norte del cerro de Coatepec, hoy C.U. con motivo del centenario del natalicio de Benito Juárez; hasta las primeras dos décadas del siglo XX el Parque Cuauhtémoc fue el virtual límite poniente de la ciudad de Toluca.
El primer intento por ampliar la ciudad entre las dos referencias citadas -Alameda y Guelatao- teniendo como eje lo que hoy es Hidalgo poniente, fue un interesante planteamiento urbano auspiciado en 1918 por el general Agustín Millán, gobernador del Estado.
El 6 de febrero de aquel año los ingenieros Enrique de Silva y Luis Mendizábal y V. presentaron el proyecto que en su oportunidad les había encargado Millán y que provisionalmente se llamó Colonia del Empleado Aquel trabajo fue impreso en los Talleres Gráficos de la Escuela de Artes y publicado el mismo año, bajo el título:” Memoria Técnica y Descriptiva del Proyecto de Urbanización de los terrenos ubicados al poniente de la Alameda de esta Ciudad”.
Silva y Mendizábal señalaban que para entonces las poblaciones tenían la necesidad de ensancharse, pero ajustándose a las prescripciones sabias de la ciencia, qué con modernas orientaciones, imponía la obligación de conservar la vida -salubridad pública- y de fortalecer el espíritu, proporcionando la contemplación de objetos bellos en arquitectura, estatuaria, etc.
Se buscaba además dar un ejemplo gubernamental a las negociaciones privadas, para que ofrecieran vivienda cómoda e higiénica a sus trabajadores, conforme a su obligación prevista en el inciso XIII del artículo 123 de la recién Constitución Política Federal de 1917.
Había otros motivos, pues se consideraba qué al colonizar una parte de los suburbios de la ciudad, no solo se beneficiaría a los empleados, sino que repercutiría positivamente en las propiedades aledañas, por la plusvalía que les daría el quedar ubicadas en una parte moderna, con arquitectura original, bella, enjardinada, elegante, con pavimentación adecuada; pero, sobre todo con sanidad e higiene.
Aquellos urbanistas señalaban que el gobernante cumplido tenía que resolver las dificultades económicas dictando leyes que destruyeran los acaparamientos y los monopolios, para que el poderoso no extorsionara al débil; trazando lineamientos claros de cómo debían ser las nuevas ciudades con avenidas amplias y bien pavimentadas, para que el aire y la luz entraran a las habitaciones, para que el polvo no invadiera los pulmones de los transeúntes, para que el agua de las lluvias no se detuviera formando baches miasmáticos o insalubres; canalizando el subsuelo para que los desechos de la vida doméstica se alejaran pronto de los lugares habitados, haciendo correr por tuberías adecuadas el agua potable tan necesaria, e influyendo en la esfera de su acción, para que las nuevas habitaciones fueran confortables, económicas y saludables.
(continuará)
*Cronista municipal de Toluca
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