Habiendo ganado el debate de la semana pasada, Ale Del Moral confirmó su victoria en el postdebate, a lo largo del viernes y en el fin de semana.
Quienes no vieron la transmisión del evento en vivo, la noche del jueves, la mañana del viernes la escucharon en sendas entrevistas en diversas estaciones de radio de cobertura nacional y local, y otros segmentos de la población, al consultar los medios de comunicación por vía digital y las redes sociales, escucharon la opinión dominante, en el sentido de que las mejores propuestas las presentó Ale, y que Delfina, a pesar de su notoria mejoría en su dicción, se quedó sin respuesta cuando se mencionó su involucramiento en el delito electoral de quitar parte de su salario a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando ella era presidenta municipal. Y qué decir de las estrategias digitales, pues el equipo y los seguidores de Alejandra lograron mantener por prácticamente 24 horas, tres tendencias en la conversación de Twitter a nivel nacional, mientras que únicamente hubo una a nombre de Delfina, pero con sentimiento muy negativo, pues los internautas hicieron mofa de su vinculación al delito ya mencionado y probado, así como a otras sospechas de irregularidades muy conocidas y, hasta ahora, no desmentidas.
En ese contexto, el debate del jueves fue una especie de punto y seguido en el guion que conduce las campañas electorales. Pareciera ser un momento de inflexión, una vez que las dos candidatas ya se presentaron, mostraron tácticas centrales de sus estrategias y dieron luz acerca de qué se puede esperar de ellas en las semanas por venir.
En ese sentido afloran los contrastes. Delfina, a juzgar por las fotografías publicadas en sus redes sociales, en las que predominan imágenes con un puñado de personas, regularmente las mismas, todos ellos varones entrados en años y de largas y polémicas trayectorias políticas, reunidos en mítines en espacios cerrados y, notoriamente, con pocos invitados.
Alejandra en prácticamente todos los eventos presumiendo fotografías aéreas mostrando numerosas concentraciones masivas de personas, en las que ella luce en contacto con personas en eventos multicolor, y en los que resalta la alegría y el tono festivo. Llama más la atención que en la inmensa mayoría de sus encuentros, participan personas de la sociedad, no políticos y mucho menos militantes, sino vecinos que tradicionalmente no participan en eventos de similar naturaleza. Por lo mismo, en esos eventos surgen expresiones espontáneas y, hasta con cierto riesgo, se dicen cosas comprometedoras a las que la candidata no les da vuelta.
No solo más colorida, sino más fresca, innovadora y diferente, la candidata tetrapartidista, sorprendió con una campaña musculosa, no sólo recorriendo más municipios hasta ahora, sino encontrando y saludando a muchas más personas que su competidora, la que por cierto parece intentar corregir en los últimos días imitando el tipo de eventos de Alejandra, justo cuando la estrategia sugiere virar, para pasar, de presentar a las candidatas, a que estas puedan explicar planteamientos y profundizar en sus propuestas y empezar a dar razones para votar por ellas. Los contrastes seguirán definiendo el rumbo de esta elección.
@HuicocheaAlanis