Las encuestas confirman que las y los mexiquenses queremos al Estado de México como es; sí, y que todas y todos lo deseamos mejor.
Hoy, en pleno proceso electoral, cuando los partidos preparan sus campañas, la pregunta relevante que deben hacerse no es: “¿si el día de hoy fueran las elecciones, por qué partido votaría?”. La respuesta a dicho cuestionamiento nada más importa a los políticos. La pregunta significativa para la sociedad, es: “¿qué debe prevalecer y qué cambiar en el Estado de México?
Las y los mexiquenses somos palanca de la recuperación económica nacional. Competimos exitosamente en el entorno económico global, consolidándonos como el centro logístico del país; atrajimos inversiones, aumentamos las exportaciones y generamos 25 de cada 100 empleos del país, 6 de cada 10 para mujeres. En cinco años hemos captado más de 447 mil millones de pesos en inversiones nacionales y extranjeras. Impulsamos la creación de 85 mil nuevas empresas; 13 de cada 100 que hay en el país, están en nuestro Estado.
Somos solidarios y sororas, 7 millones de mexiquenses reciben apoyos directos, seis de cada 10 son mujeres. De las más de 760 mil canastas alimentarias, ocho de cada diez las reciben ellas. Y en el programa de entrega de títulos de propiedad (42 mil) más de la mitad fueron otorgados a ellas. En salud, llevamos a cabo más de 10 millones de acciones preventivas de cáncer de mama y cérvico uterino. A través del DIFEM servimos más de 580 millones desayunos escolares, en cinco años.
Aquí es donde más obra pública se construye (casi mil obras en los 125 municipios), y la lista de cosas positivas se extiende al sector educativo, al medio ambiente, a la salud (Baste recordar que la del Estado es la red de unidades médicas más grande del país -1,286- con más de 50 mil personas médicas y enfermeras).
Si bien podemos sentir orgullo por estos y otros avances, nadie está satisfecho. Hay pendientes en lo económico, deudas en lo político y rezagos en lo social.
El ingreso promedio de los trabajadores mexicanos es de 8,167 pesos, mientras que el de los mexiquenses es de 7,665. Es evidente que se necesita mejorar la productividad y competitividad, para superar el ingreso promedio, lo cual exige recuperar el liderazgo en la apertura rápida de empresas.
En cuanto al régimen político, la deuda más grande es la de la inseguridad. Es imperativo evitar que el 71 por ciento de nosotros viva con temor a ser víctima de la delincuencia, y abatir la inseguridad a los niveles mínimos de tolerancia.
Y en lo social, se trata de lograr que todos vivamos mejor empezando los más rezagados; recuperar la economía de las personas que han caído en pobreza extrema a partir de 2018, es avance tan deseable como posible.
Ése es el cambio que las personas mexiquenses queremos, avanzar a partir de lo logrado, sumar esfuerzos para multiplicar resultados.
@HuicocheaAlanis