/ sábado 27 de julio de 2024

Vox populi | Ciudades socialmente inteligentes

Uno de los principales desafíos en el Estado de México es la brecha digital que conlleva un desigual acceso a la tecnología y la conectividad de sus habitantes, que representa una de las anclas para desarrollar el modelo de ciudades socialmente inteligentes. Esta debería de ser una de las principales prioridades del sector educativo en la entidad.

A partir de su infraestructura física, social y tecnológica, las ciudades pueden ayudar a generar condiciones para mejorar la movilidad, seguridad pública, el medio ambiente y en general el bienestar de los ciudadanos. El modelo analógico de prestación de servicios públicos ha migrado en las ciudades mas modernas a uno de ciudades socialmente inteligentes en las que individuos, sociedad, y gobierno interactúan, gestionan y promueven soluciones a la problemática local.

Este tipo de ciudades son diseñadas bajo una arquitectura social y tecnológica, en la que se potencian los recursos para beneficio social.

Las ciudades socialmente inteligentes integran recursos físicos como tecnología y datos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, promoviendo la inclusión social, la sostenibilidad y la participación ciudadana. Algunas ciudades europeas como Barcelona, Amsterdam y Copenhague han comenzado a explorar la adopción de infraestructura tecnológica avanzada para gestionar servicios urbanos como transporte, energía, y agua.

En Asia, Seúl y Singapur destacan como ciudades que promueven la sostenibilidad ambiental, la participación ciudadana, el acceso a la educación digital y recursos educativos en línea así como políticas de empleo que apoyan la formación y adopción de nuevas tecnologías.

El denominador común de los centros urbanos emergentes es que además de ser tecnológicamente avanzados, son inclusivos, sostenibles y centrados en el bienestar de sus ciudadanos.

A nivel nacional, algunas ciudades están adoptando características de ciudades socialmente inteligentes, integrando tecnología, sostenibilidad y participación ciudadana para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La capital del país se ha destacado por la promoción de sistemas de transporte publico con tarjetas inteligentes que incluye el sistema ecobici, plataformas digitales para incentivar la participación ciudadana, y la sostenibilidad. De igual forma ciudades como Mérida, Guadalajara, Monterrey, Querétaro, y Puebla están avanzando en la implementación de proyectos y políticas apoyadas en la tecnología, el fomento de la participación ciudadana y la sostenibilidad del medio ambiente.

Desafortunadamente, los principales centros urbanos del estado de México, incluyendo la capital, no destacan en indicadores de calidad, por el contrario algunas de ellas, de acuerdo a la encuesta de inseguridad y victimización (ENVIPE) del INEGI se ubican entre las mas inseguras, con mayor contaminación y desigualdad social a nivel nacional.

Las ciudades mexiquenses enfrentan grandes retos que complican su desarrollo y afectan la calidad de vida como el crecimiento urbano desordenado, el agotamiento de recursos naturales como el agua potable, la inseguridad pública, y problemas que afectan la movilidad y el transporte. Sin embargo, esto no es una justificación para adoptar los modelos de ciudades socialmente inteligentes.

Contamos con dos de las principales zonas metropolitanas del país como es la del Valle de México, y la del Valle de Toluca, de manera que la adopción de tecnologías para mejorar la calidad de vida de sus habitantes es una necesidad impostergable.

Uno de los principales desafíos en el Estado de México es la brecha digital que conlleva un desigual acceso a la tecnología y la conectividad de sus habitantes, que representa una de las anclas para desarrollar el modelo de ciudades socialmente inteligentes. Esta debería de ser una de las principales prioridades del sector educativo en la entidad.

Uno de los principales desafíos en el Estado de México es la brecha digital que conlleva un desigual acceso a la tecnología y la conectividad de sus habitantes, que representa una de las anclas para desarrollar el modelo de ciudades socialmente inteligentes. Esta debería de ser una de las principales prioridades del sector educativo en la entidad.

A partir de su infraestructura física, social y tecnológica, las ciudades pueden ayudar a generar condiciones para mejorar la movilidad, seguridad pública, el medio ambiente y en general el bienestar de los ciudadanos. El modelo analógico de prestación de servicios públicos ha migrado en las ciudades mas modernas a uno de ciudades socialmente inteligentes en las que individuos, sociedad, y gobierno interactúan, gestionan y promueven soluciones a la problemática local.

Este tipo de ciudades son diseñadas bajo una arquitectura social y tecnológica, en la que se potencian los recursos para beneficio social.

Las ciudades socialmente inteligentes integran recursos físicos como tecnología y datos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, promoviendo la inclusión social, la sostenibilidad y la participación ciudadana. Algunas ciudades europeas como Barcelona, Amsterdam y Copenhague han comenzado a explorar la adopción de infraestructura tecnológica avanzada para gestionar servicios urbanos como transporte, energía, y agua.

En Asia, Seúl y Singapur destacan como ciudades que promueven la sostenibilidad ambiental, la participación ciudadana, el acceso a la educación digital y recursos educativos en línea así como políticas de empleo que apoyan la formación y adopción de nuevas tecnologías.

El denominador común de los centros urbanos emergentes es que además de ser tecnológicamente avanzados, son inclusivos, sostenibles y centrados en el bienestar de sus ciudadanos.

A nivel nacional, algunas ciudades están adoptando características de ciudades socialmente inteligentes, integrando tecnología, sostenibilidad y participación ciudadana para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La capital del país se ha destacado por la promoción de sistemas de transporte publico con tarjetas inteligentes que incluye el sistema ecobici, plataformas digitales para incentivar la participación ciudadana, y la sostenibilidad. De igual forma ciudades como Mérida, Guadalajara, Monterrey, Querétaro, y Puebla están avanzando en la implementación de proyectos y políticas apoyadas en la tecnología, el fomento de la participación ciudadana y la sostenibilidad del medio ambiente.

Desafortunadamente, los principales centros urbanos del estado de México, incluyendo la capital, no destacan en indicadores de calidad, por el contrario algunas de ellas, de acuerdo a la encuesta de inseguridad y victimización (ENVIPE) del INEGI se ubican entre las mas inseguras, con mayor contaminación y desigualdad social a nivel nacional.

Las ciudades mexiquenses enfrentan grandes retos que complican su desarrollo y afectan la calidad de vida como el crecimiento urbano desordenado, el agotamiento de recursos naturales como el agua potable, la inseguridad pública, y problemas que afectan la movilidad y el transporte. Sin embargo, esto no es una justificación para adoptar los modelos de ciudades socialmente inteligentes.

Contamos con dos de las principales zonas metropolitanas del país como es la del Valle de México, y la del Valle de Toluca, de manera que la adopción de tecnologías para mejorar la calidad de vida de sus habitantes es una necesidad impostergable.

Uno de los principales desafíos en el Estado de México es la brecha digital que conlleva un desigual acceso a la tecnología y la conectividad de sus habitantes, que representa una de las anclas para desarrollar el modelo de ciudades socialmente inteligentes. Esta debería de ser una de las principales prioridades del sector educativo en la entidad.