La política electoral contemporánea se ha caracterizado por alianzas y coaliciones electorales. Partidos grandes y pequeños han visto en las alianzas un incentivo y estrategia para acceder al poder. Las elecciones de la alternancia en la presidencia de la republica en año 2000 trajo como triunfador al PAN aliado con el verde, y luego las presidenciales de 2012 y 2018 también fueron ganadas por coaliciones electorales. Es una constante observar como partidos y candidatos celebran alianzas para aumentar sus posibilidades de acceder al poder, en donde el pragmatismo ha superado la ideología de los partidos, y hoy podemos ver participando juntos a partidos aparentemente alejados ideológicamente.
De cara a la presidencial de 2024, se han formado dos frentes principales. Por un lado el oficialismo encabezado por el partido gobernante Morena, PT y PV han configurado una alianza en defensa de la cuarta transformación, y por el otro, el llamado frente amplio opositor formado por los partidos tradicionales de PAN, PRI y PRD. En una elección polarizada, el papel de juego de MC puede representar el fiel de la balanza en el supuesto de que no compita con candidato y de que sus simpatizantes se sumen a alguna de las coaliciones a través del voto útil.
Movimiento Ciudadano (MC) por un lado es crítico del gobierno de Morena pero al mismo tiempo rechaza una alianza con el frente opositor, de manera que lo más probable es que postule candidato presidencial con baja probabilidad de ganar considerando que la dureza de las preferencias de sus adversarios y su baja identidad partidista.
MC cuyo antecedente fue el partido Convergencia ha participado en diversas coaliciones desde su creación. En el año 2000 fue parte de los partidos que postularon a Cuahutemoc Cardenas, en 2006 y 2012 acompañó a Andrés Manuel López Obrador, y en 2018 a Ricardo Anaya. La dirigencia del partido ha señalado que la razón por la que no participará en alguna alianza es porque busca diferenciarse de ambos frentes políticos para consolidar su votación y ser una opción real pata 2030, convertirse de esa manera en una especie de 3a vía del sistema de partidos mexicano.
Sin embargo, la reciente dimisión del partido MC por parte del Gobernador de Jalisco Enrique Alfaro quien declaró que
La negativa a formar una alianza opositora es una decisión incorrecta de la dirigencia puede ser un serio obstáculo a la consolidación del partido, pues de los 30 diputados federales con los que cuenta el partido, 17 son del estado de Jalisco. Esta división nos habla de que el partido no es un bloque homogéneo, y que incluso algunos militantes podrían rebelarse y actuar en el sentido contrario de sus dirigentes.
MC podría convertirse en el fiel de la balanza de la próxima elección presidencial, pues si no compite, la elección puede polarizarse aún más en solo dos frentes, y ll mas probable es que termine favoreciendo al frente amplio opositor de manera indirecta o incluso si decide participar y su candidato no es percibido como competitivo, sus simpatizantes podrían decidir hacer un voto estratégico. Bajo este supuesto lo que le conviene al partido gobernante es que MC compita y disperse el voto opositor.
MC se enfrenta a un complejo escenario para 2024, buscar seguir consolidando su posición como partido emergente pero sin posibilidad de ganar en esta elección o sumarse a una coalición para ayudar a ganar. Una coyuntura donde está llamado a ser la naranja de la discordia.