Los debates presidenciales representan uno de los climax de las campañas electorales y de la democracia al atraer la atención de los medios de comunicación y permitirle a las y los ciudadanos contrastar propuestas, mensajes, imagen y reacciones de las candidaturas en acción. En la época de los 60 y 70 del siglo pasado, en el contexto del dominio de los medios de comunicación masivos como la radio y televisión, se recuerdan debates claves en el curso de las campañas como el primer debate televisado en el que John F. Kennedy derrotó a Richard Nixon, y posteriormente pudo ser presidente de los Estados Unidos.
En el contexto actual de comunicación digital y múltiples canales por los cuales la población se informa instantánea y simultáneamente, los debates resultan importantes, pero no son definitorios del curso de las campañas. En la actualidad es aun más importante imponerse en los pos-debates, en los cuales partidarios de las candidaturas discuten en redes sociales y programas de análisis. El uso de memes y hashtags son recurrentes en las batallas digitales por la opinión pública.
De acuerdo al INE, la audiencia del primer debate presidencial fue de 13 millones de personas, lo cual supera incluso el tercer debate presidencial de 2018. Generalmente quienes se interesan en el primer debate son personas simpatizantes de los partidos y candidaturas en cuestión; los debates más cercanos a la jornada electoral se suman ciudadanas y ciudadanos indecisos, así como apartidistas.
De manera general, el primer debate consolida las preferencias de las candidaturas en competencia, ubicando a Claudia Sheinbaum como puntera, a Xochitl Gálvez como opositora del partido gobernante y; de manera marginal, aparece el candidato Alvarez Maynez de MC. De acuerdo a los resultados de la encuesta en linea de parametro.com.mx sobre el primer debate realizada a más de 4,987 personas que vieron el evento político, el 93 % reafirmaron su preferencia electoral, y solamente 7 % cambio su preferencia.
De quienes vieron el debate, 53.5 % señalan que Claudia Sheinbaum de MORENA-PT-PV fue la ganadora; 37.7 %, Xochitl Gálvez de PAN-PRI-PRD, y; 3.3% Jorge Alvarez Maynez, de MC. En época de campañas, frecuentemente observamos el fenómeno de la disonancia cognitiva, es decir, que vemos el mundo de la política a partir de nuestro sistema de creencias, lo cual limita en muchas ocasiones la percepción de la realidad. Es posible que quienes son beneficiarios de un programa del gobierno federal, pueden apoyar al partido gobernante porque consideran que este les beneficia, y aquellos que no reciben programas sociales son mas críticos, y probablemente opositores al partido gobernante.
De acuerdo con un análisis de Parámetro Investigación, la candidata que más embates o críticas lanzó durante el debate fue Xóchitl Gálvez, con 30; seguida de Jorge Máynez, con 24 y de Claudia Sheinbaum con 15. Esto se reflejó en la audiencia que vio este evento político, ya que el 75 % mencionó que Galvez Ruiz fue la candidata que más ataques realizó. Sin embargo, para más del 70 % esta audiencia, dichos ataques, embates y críticas no fueron creíbles.
Si bien los debates rumbo a la presidencia nacional llaman la atención de parte del electorado, a menos que ocurran sucesos altamente extraordinarios, estos suelen servir únicamente para reforzar las posturas ideológicas, así como la intención electoral de quienes los visualizan. El posdebate digital en redes sociales se nutre de miles de memes y videos, los cuales, a su vez, refuerzan las posturas de quienes los ven y comparten.