Durante cinco generaciones, la familia Aguilar Rey, de Oaxaca, ha mantenido la tradición de realizar prendas bordadas a mano con hilo de seda y algodón.
Cristina Aguilar Rey, de 72 años, originaria de San Antonino Ocotlán, Oaxaca, detalló que desde muy temprana edad aprendió a realizar blusas, vestidos y camisas, entre otras prendas bordadas.
Explicó que ella forma parte de la quinta generación de la familia Aguilar.
Narró que su bisabuela Cleotilde Rey inició esta labor de bordar prendas en el pueblo de San Antonino y durante años les mostró las diferentes formas de bordar.
Explicó que sus antepasados empezaron a realizar sus trabajos con ideas que se les venían a la mente.
Inclusive, dijo que de su abuela aprendió a dibujar, a bordar y a realizar el tejido de la orilla, de cantor o de la grapa, de cerradura y de araña. Detalló que son cuatro clases de cerradura utilizadas en el bordado de las prendas.
“Mis abuelas nos enseñaron a bordar de diferentes modelos, nos enseñaron a armar, para que termináramos y mi mamá saliera a venderlos”, comentó.
También explicó que actualmente son alrededor de cinco personas de su familia, quienes se reúnen durante la tarde para realizar el deshilado y el bordado.
Para tener una prenda terminada, abundó, tardan de tres a cuatro meses y los precios varían desde 500 pesos hasta 4 mil, dependiendo del modelo.
“Ahorita ya somos un grupo, somos como cinco en familia los que nos dedicamos a hacer las prendas y venderlas, de ahí sacamos para comer y sobrevivir”.
“El deshilado de un vestido o una blusa tarda cuatro meses; el bordado tardamos dos o tres meses, pero como somos varios en la familia, entonces nos reunimos en casa y lo trabajamos juntos, por eso tardamos un poco menos”, explicó.
Comentó que seguramente la tradición no morirá, pues ya viene otra generación. Se trata de sus sobrinas de diez años de edad, a quienes les están enseñando el dibujado y deshilado, para después bordar.
La mujer oaxaqueña pidió a los organizadores de ferias que no las olviden.
“Lo que queremos es que nos inviten a un lugar, que nos den la oportunidad en una plaza para vender.
"Ahorita estamos en la casa trabajando pero no tenemos comprador, por eso salimos a provincia a vender nuestros productos”, finiquitó.