Cavilando | Kotor

No más de 5,500 personas viven en el área urbana de Kotor y de ellas 1,200 lo hacen dentro de la fortaleza

Hugo García | El Sol de Toluca

  · sábado 14 de diciembre de 2019

Foto: cortesía | globeguide

Para empezar. No hay foto o video que puede mostrar o acercarse a la experiencia de visitar esta ciudad, le dicen la perla de los Balcanes, quizá por estar escondida en el rincón de la bahía de boka en Montenegro, adjetivos para describirla tampoco son muchos ni diferentes de aquellos que denotan una experiencia sublime para el espíritu: excelso, magnifico, maravilloso, asombroso, hermoso, bello y así… cada esquina del “old town” de Kotor tiene guardada una sorpresa, entre cafés, bares, restaurantes, tiendas de souvenirs, palacios, iglesias, panaderías, boutiques, hoteles, no hay tiempo que alcance para visitar y sorprenderse de todo lo que está alojado en este lugar.

No más de 5,500 personas viven en el área urbana de Kotor y de ellas 1,200 lo hacen dentro de la fortaleza, pero a pesar del reducido número de habitantes el nivel de vida es muy alto ya que la derrama económica de los visitantes es muy importante.

Imagínense que a Zacazonapan (Estado e Mexico) que tiene alrededor de 5 mil habitantes, le pones una plaza comercial decente con más de 30 comercios, 4 o 5 tiendas de autoservicio de tamaño regular, 40 restaurantes, 200 boutiques, 40 cafes, 40 bares y que las visitas diarias fueran de 400 personas en temporada baja y hasta 3 mil por día en temporada alta, ¿se imaginan lo que pasaría con el nivel de vida de sus habitantes?, pues así en esta ciudad.

Kotor, Montenegro es conocida también como la ciudad de los gatos y es que los felinos caminan libremente por la ciudad, y no es que exista una razón religiosa o metafísica para tal adoración, simplemente la gente dentro de las murallas de la ciudad Kotor les da de comer y los astutos animales no dejan la ciudad vieja, bueno con decirles que hasta un museo del gato hay aquí y muchos de los souvenirs tienen que ver con el ágil animal.

Kotor alcanzó su esplendor en la época medieval, siendo parte del imperio bizantino por más de 10 siglos divididos en 2 épocas del 400 al 1100 d.c y del 1420 hasta 1797, a diferencia de otras ciudades de los Balcanes esta región no pudo ser tomada por los otomanos, así que su influencia es nula y la ciudad se mantiene como un auténtico oasis del más rancio estilo medieval en los Balcanes, con sus calles de mármol y sus construcciones de piedra, muchas de ellas con mas de 800 años de antigüedad.

El Monte Lovcen y el mar abrazan la ciudad, una fortaleza rodea toda la ciudad, en la cúspide se encuentran los restos de lo que fue el castillo de San Juan Kotor, por el lado oeste a lado de las paredes de la fortaleza fluye un pequeño rio que viene desde la montaña y desemboca en el mar y por la puerta oeste, un manantial de limpísimas aguas ha ofrecido el vital liquido a sus habitantes por centurias.

La fortaleza a la que hago referencia es una construcción que rodea la ciudad y que fue de gran utilidad durante el asedio infructuoso de los otomanos en el siglo 17, serpentea por el frente del monte lovcen, sus mas de 1400 escalones son signo inequívoco de la gran obra de ingeniería y del genio bélico y defensivo de los bizantinos, esta fortaleza es quizá la más bella del mundo.

Es evidente el cuidado de los habitantes por su ciudad, no de ahora, sino de cientos de años, solo 3 o 4 edificios son diferentes en su arquitectura a todo lo demás y pertenecen a la época en que Kotor fue administrada por el imperio austriaco de 1797 hasta 1918, pero la verdad, también son muy bellos así que no les pondremos mala nota.

Nosotros estuvimos 12 días y al final de los mismos dejamos Kotor con la sensación de que “algo” nos faltaba por ver, un hoyo en el estómago me dio la indicación que debía volver a recorrer sus calles para grabarlas en la memoria de manera indeleble y me di cuenta que eso ya estaba hecho, entonces un sentimiento de gratitud recorrió mi ser y solo atine a pensar en todo lo que tuvo que pasar en mi vida y en la de miles de personas para poder vivir estos momentos, mi corazón y mi mente solo repetían, gracias, gracias, gracias.

Soy Hugo Mauricio Garcia

De aquí y hasta la próxima que nos volvamos a encontrar sean inmensamente felices.

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