Don Mónico, el último artesano del hueso en San Antonio La Isla

Filiberto Ramos

  · domingo 3 de diciembre de 2017

Foto de Daniel Camacho.

San Antonio La Isla, México.- Don Mónico Reyes Ensaustigue dice sentirse orgulloso de ser artesano del hueso. El único en su tipo en el estado y heredero de una tradición que parece morir junto con sus autores.

"Ya nadie quiere trabajar el hueso, ya nadie quiere trabajar la madera porque ya no hay materia prima, las nuevas generaciones no quieren aprender", lamenta el artesano de San Antonio la Isla.

Habla fuerte y claro al reprochar el poco apoyo que se recibe para los artesanos de su tierra por parte del gobierno. Es un hombre de carácter fuerte, voz firme que lleva la experiencia de una vida en el tallado y moldura del hueso y el cuerno de res.

Foto de Daniel Camacho.

 

Amable, sin tapujos y con la humildad por delante, invita a pasar a su casa, donde está su taller que consta sólo de una base donde tiene instalado su torno y un cajón con formones. No requiere más, su talento está en sus manos.

 "Están en la casa de Mónico Reyes Ensaustigue, y son bienvenidos, qué bueno que nos visiten porque este arte se está acabando”, dice don Mónico.

El arte en el hueso de res nació junto con el trabajo de juguetes de madera en San Antonio y don Mónico es el único que continúa con el oficio que lo ha llevado a viajar por todo el país y le da el sustento diario.

Su trabajo es por demás un arte fino, de los más difíciles de elaborar porque el hueso es duro y la mayoría de sus piezas son en miniatura.

Foto de Daniel Camacho.

 

El artesano enlista desde pipas hasta cachas para armas de fuego y para dagas como sus producciones en hueso.

“He hecho cachas en canilla de res con decoraciones con jabalís y otras figuras que me han pedido”, presume el artista.

Las figuras terminadas del artista mexiquense se parecen en poco a su materia prima, que sale de los residuos de las taquerías y mercados.

Según explica don Mónico, el hueso se debe poner a hervir por varias horas hasta que se torne completamente blanco. Luego pasa al proceso de cortarlo en diferentes tamaños o en tiras que sirven para darle forma con su torno a pequeños trompos y baleros que decoran sus aretes.

“Todo el hueso se corta a pura cierra circular para que quede en pedacitos y se pueda comenzar a laborar”.

Para el caso del cuerno, dice que se corta las puntas, las cuales sirven para las pipas o baleros. Después se debe cocer a base de puro carbón bofo o bruto y una vez que queda dorado se saca y se apachurra con los pies para después ponerlo en prensas metálicas.

“Ya que está bien dorado se saca y se apachurra y luego se pone en una cubeta de agua fría para que se endurezca y no se estrelle”, explica el especialista.

Entre sus productos están las gargantillas, pulseras, aretes, camioncitos en miniatura, el árbol de la vida de Metepec, todo hecho en canilla de res.