El Mezcal es un destilado que ha ganado terreno durante los último años, lo que ha dado paso a la consolidación de una importante industria; sin embargo, las controversias no son ajenas, pues, incluso, ha surgido ciertas disputadas por la "denominación de origen".
En el caso del Estado de México, la destilación y producción del mezcal en ollas de barro data de la época prehispánica, asegura el estudiante del Doctorado en Sustentabilidad para el Desarrollo de la Universidad Autónoma del Estado de México, Eduardo Sánchez Jiménez.
El alumno del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo Sustentable explicó que, con base en su proyecto de investigación para graduarse de este plan de estudios, encontró evidencias del siglo XVI que demuestran que en varias zonas del territorio mexiquense se destiló mezcal antes que en Oaxaca.
En la actualidad, resaltó, nueve entidades del país cuentan con la denominación de origen. En 2016, abundó, 15 municipios mexiquenses obtuvieron dicho estatus, al cumplir con los requisitos de ancestralidad, ya que hay maestros mezcaleros con historia de más de 200 años; continuidad, pues se ha convertido en una tradición generacional entre las familias productoras, y región geográfica, pues la entidad tiene las características climatológicas y de suelo para su producción.
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Lamentablemente, puntualizó, debido a impugnaciones de otros productores y empresas, los mexiquenses no pueden utilizar el nombre mezcal en sus productos. Subrayó que su investigación puede ser una herramienta clave para diseñar políticas públicas en esta materia, en apoyo de las familias que producen mezcal y para mejorar la economía de las zonas productoras.
Expresó que su trabajo está enfocado en el estudio del sistema de producción del agave-mezcal en la región de tierra caliente, que comprende municipios de los estados de México, Morelos y Guerrero. “El sistema de producción de esta bebida puede convertirse en un mecanismo de desarrollo regional con un enfoque sustentable”.
La investigación, finalizó Eduardo Sánchez Jiménez, requirió de un estudio profundo en las fuentes históricas, para lo cual recibió apoyo de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
*Con información de la Universidad Autónoma del Estado de México