La arquitectura y la religión ofrecen un punto de atracción para los turistas que visitan este Pueblo Mágico al sur del Edomex pues, la Casa de Oración Carmel Maranathá, se ofrece como un lugar en donde la espiritualidad y la fe convergen a la perfección.
A pesar de que no es un lugar turístico como tal, este centro religioso se ha convertido en un referente para los vallesanos, debido a que el ambiente armónico que se vive entre los jardines, pasillos y espacios de oración, rehabilitan el espíritu de quién entra.
Maranathá, como los habitantes del municipio lo nombran, fue fundado en 1975 y pertenece a la orden eclesiástica católica de los Carmelitas Descalzos, quienes predican los cánones católicos para alcanzar una vida espiritual en gracia de Dios.
Está abierto para el público en general todos los días de 10:00 a 18:00 horas, respetando un descanso de dos horas comprendido de las 13:00 a las 16:00. Los sábados y domingos hay una celebración eucarística que es realizada por los frailes que están en meditación a las 19:00 y a las 11:00 horas respectivamente.
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Aquí se comparten áreas de uso público, donde los visitantes pueden contemplar la belleza arquitectónica de la casa de oración, permitiendo fotografiar el lugar sin alterar el orden espiritual. Incluso, una tienda de artículos religiosos ofrece un pedacito de cultura y misticismo para quién quiera llevarse la fe hasta el lugar de dónde provienen.
Hay otros espacios que solo son funcionales para la meditación, esa que se logra hacer desde el corazón entregado a un ser superior.
Su nombre está formado por dos palabras, “Carmel”, que en hebreo significa “jardín” y “Marana Tha”, que en arameo quiere decir “¡Ven, Señor!”, por lo que se concibe como un jardín o huerto para recibir al Señor Dios.
Esta tradición proviene de una de sus fundadoras de esta orden eclesiástica, Santa Teresa de Jesús, quien a menudo se le relaciona con el símbolo del huerto para predicar la dimensión espiritual de la persona.
Hablando específicamente de los santos que son venerados, se encontrarán pinturas y esculturas de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o Santa Teresita del Niño Jesús, entre otras imágenes católicas, las cuales terminan regalando la experiencia como si se visitara un museo, sin serlo.
De esta forma, es como Maranathá, ubicado en la carretera Valle de Bravo–Amanalco, se convierte en un sitio obligado a visitar si la idea del turismo cultural y religioso se tiene en mente cuando se habla de Valle de Bravo.