Carlos Escutia recorre las calles de Toluca como si fuera la primera vez que lo hace, su mirada se pierde entre edificios, transeúntes, bicicletas y paisajes. La capital mexiquense le ha fascinado desde siempre, y sus fotografías dan cuenta de ello.
Pensó en estudiar cine al salir de la preparatoria, ese quizá fue el primer acercamiento que tuvo con el mundo de las imágenes, sin embargo, al final se inclinó por la carrera de Comunicación, área donde actualmente se desempeña en la Universidad del Estado de México (UAEM).
Rememora que las primeras fotografías que tomó con una cámara semiprofesional fue en la calle Santos Degollado, ahí su familia tiene un negocio de telas, por ello esta avenida le resulta familiar.
“En esta zona (Santos Degollado) me sentía más a gusto. Las primeras fotos que tomé fueron en el mercado 16 de Septiembre, en la Plaza Ángel María Garibay, la antigua Plaza España”, comenta.
De esas primeras imágenes nació su pasión por la fotografía y también por su ciudad: Toluca, la cual, a sus ojos, ha cambiado vertiginosamente a lo largo de los años.
Así, a través de la lente de su cámara comenzó a registrar estos cambios, y a partir de ahí la capital mexiquense se convirtió en uno de sus escenarios más retratados.
“Con los cambios que ha habido en los últimos 15 o 20 años, inconscientemente comencé a preguntar: por qué la ciudad está cambiando tanto, necesito un registro de lo que está pasando, de ahí comencé a armar mi archivo”, enfatiza el joven fotógrafo.
Pero no sólo Toluca es inspiración para sus fotos, ya que retratar a personas andando en bici también le fascina.
- Que no se te pase:
“Me transporto todos los días en bicicleta, y me gusta fotografiar a la gente que anda en la bici. Andar en bici también me permitió observar la ciudad desde un transporte que te lleva a tu propio ritmo”, comenta.
Toluca: su musa
Respecto al porqué las fotografías de la ciudad capital predominan en su archivo, Carlos señala que Toluca es la ciudad que lo ha visto nacer y crecer, y es desde origen que se siente cómodo al momento de disparar con su cámara.
“Hay que regresar al origen, donde me siento cómodo creando es en Toluca, quiero que la gente odie y ame tanto Toluca como yo la amo. No me sentiría tan honesto viajando a la Ciudad de México y tomar una fotografía ahí”, enfatiza.
Por otro lado, señala que es a los lugares bulliciosos o donde existe un caos que regresa una y otra vez a retratarlos, como el mercado de Palmillas o la zona de la terminal de autobuses.
“Me gusta el mercado de Palmillas. Me encanta que haya un tianguis con un bullicio de gente, y al lado un ojo de agua, a donde llegan aves viajando miles de kilómetros, migrando en la época de invierno. Más adelante está el Bordo de las Maravillas, también me gusta la terminal, ahí puedes caminar dos o tres cuadras y llegas al parque Urawa, ahí hay una zona que te pueda remitir a Japón, pero caminas otras dos cuadras y te pueden asaltar; me encanta que Toluca sea de contrastes”, comenta Carlos.
Cartografías
El joven fotógrafo recientemente presentó su libro Cartografías. Trazado fotográfico de Toluca en la Feria del Libro del Estado de México (FILEM), un compilado de 50 fotografías que ha tomado de Toluca, donde retrata sus edificios, gente en bicicleta y aquellas cosas cotidianas que conforman nuestra ciudad.
“Veo Cartografías como una especie de explorar la ciudad; es ver con ojos de niño la ciudad, con un asombro continuo”, dice.
Con exposiciones en el corredor cultural universitario, ubicado en Paseo Colón; en la Facultad de Humanidades, de la UAEM, y el Hotel Margaritas, Carlos define su pasión por la fotografía desde la importancia que tiene la mirada cuando se captura un momento, pues al mirar se inventa los espacios que a diario recorremos.