Amparo Dávila nació y creció en un bosque de pinos, en Pinos, Zacatecas. El aire cristalino y perfumado depuró en ella una forma extraña de ver la vida y que nosotros, demás mortales, ignoramos. Tiene un cuento, “Alta cocina”, donde habla de seres que gritan, se retuercen y terminan por morir. La escritora es tan hábil en su narrativa como para sugerir un festín siniestro, macabro y cruel…cuando en realidad en el relato preparan un platillo de caracoles, pero quien lee “Alta cocina” siente un horror casi indescriptible. Su obra completa está editada por el Fondo de Cultura Económica y llega hasta tu casa.
Recientemente reivindicaron a Guadalupe Dueñas con el tiraje de 100,000 ejemplares de Tiene la noche un árbol en la colección 21 para el 21. ¿Quién puede leer “Historia de Mariquita” y olvidarla? Nadie. Es uno de los mejores relatos, incluido en prácticamente todas las antologías de relato. Beatriz Espejo califica a esta autora como una fantasiosa que escribía cuentos sobre la realidad. Lo más insólito de este cuento es que María, la Mariquita del cuento, existió y tal vez su papá sí la puso en un frasco lleno de formol porque no podía pensar en dejar de ver y estar cerca de su primogénita. Guadalupe fue la segunda hija y ella sí vivió para contar la historia de su hermanita mayor. La obra completa de esta genial mujer la editó, tras una imperdonable espera de casi 60 años, el FCE.
Inés Arredondo explora lo prohibido “Voy a hablar de lo otro, de lo que generalmente se calla, de lo que se piensa y lo que se siente cuando no se piensa”. Uno de sus mejores cuentos es “Estío”, trata la atracción incestuosa. ¿Por qué insistimos en negar esa atracción entre familiares si hasta tiene un nombre? Es fratrilagnia. Que caigamos…eso…ya es otra cosa. Lee toda su obra, está editada también por el FCE.
Compra sus libros y, para leerlas a fondo apóyate en las investigaciones de grado y posgrado sobre ellas en internet, así disfrutarás más el terror, lo perverso y lo maligno en estas tres geniales autoras mexicanas.