Crisanta Espinoza Aguilar y Tania Contreras, con quince y ocho años de trayectoria, respectivamente, son de las pocas reporteras gráficas en la capital mexiquense que, a través de su lente, han logrado capturar los momentos más relevantes e importantes que han acontecido en el valle de Toluca.
Estas mujeres detrás de la lente se han atrevido a experimentar el fotoperiodismo desde lo más tranquilo, refiriéndonos a una conferencia de prensa, presentación de libro, concierto, hasta lo más peligroso, como son accidentes.
En entrevista dijeron que si bien no es fácil cargar y cuidar una mochila que pesa varios kilos conteniendo el equipo necesario para perseguir y obtener la foto, así como tampoco es agradable ver sangre o ser parte de terribles catástrofes, sí es satisfactorio realizar esta labor en la que no sólo congelan el momento al que le dieron click, sino que proyectan más allá de lo que la cámara puede hacer.
"Como que ya damos por hecho que la fotografía es un trabajo para hombres, siendo que a veces nos falta acercarnos y decir yo quiero hacer esto, como por ejemplo pasa con las camarógrafas (de televisión), fue cuestión de que una chava fuera camarógrafa para que se animaran más. Entonces creo que nada más falta que nosotras mismas rompamos esos tabúes", expresó Tania, quien señaló que para ella no es un trabajo porque asegura le ha permitido conocer muchas personas y otras cosas.
"Realmente cuando a mí me tocó empezar como fotógrafa me costó trabajo, había como dos mujeres reporteras gráficas en esta zona. Sí era extraño ver a mujeres cuando la mayoría son hombres, sobre todo cubriendo nota roja, lo que son accidentes, muertos, incendios, inundaciones, pues no era muy común que anduviéramos en todo eso", agregó Crisanta, al tiempo que refirió que los medios de comunicación siempre les han abierto las puertas a las mujeres, "yo creo que a veces nosotras mismas nos limitamos por miedo a preguntar si podemos entrar".
Ambas resaltaron que ser reportera gráfica es una aventura en la que también se forja el carácter y se adhieren ciertas formas de ser "que te ayudan a desenvolverte bien en este medio, como para trepar una barda, meterte al agua sucia, ver sangre, estar en una manifestación o en un incendio".
El fotógrafo es el que tiene la visión, el corazón y la mente para hacer la fotografía, no es simplemente como muchos hacen, dar el click y ya quedó una foto súper buena. La cámara termina siendo una extensión del ojo del mismo fotógrafo, de lo que están viendo tus ojos y lo que estás viendo en tu mente, la cámara te ayuda.
Crisanta.
La cámara no hace al fotógrafo, pero ayuda mucho. La fotografía solamente es el resultado de lo que come, siente, escucha, ve y ama el fotógrafo, o sea solamente eres un medio para materializar todo ese bagaje cultural que tienes atrás. Todo lo que lees al final se refleja.Tania.
El pesado equipo
A diario, a excepción del día que descansan, Tania debe cargar en su espalda un estimado de 6 kilogramos, mientras que Crisanta rebasa los 8 kilos que se han acostumbrado a llevar porque de no ser así, se sienten incompletas como fotógrafas.
"Te terminas acostumbrando a cargar la mochila a todos lados, tanto de estarla cuidando porque no sabes qué pueda pasar, si te la van a robar o eso. Hasta para maniobrar y subirte a algún lado para tomar la foto, aunque obviamente existe este compañerismo".