Son dos las películas que destacan por abordar la biografía de Frida Kahlo. La mexicana “Frida, Naturaleza viva”, de 1983, dirigida por Paul Leduc y protagonizada por Ofelia Medina; así como “Frida” (2002) que es la versión hollywoodense de la vida de la pintora, interpretada por la actriz Salma Hayek, quien actuó junto a Alfred Molina, el artista que le dio vida a Diego Rivera, bajo la dirección de Julie Taylor.
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La biografía también ha sido llevada a la pantalla en forma de documentales, como la producción británica “Frida Kahlo y Tina Modotti” (1984), dirigida por Laura Mulvey y Peter Wollen, que exploró la compleja relación de la pintora con la fotógrafa, quienes fueron vanguardistas en su época desde sus disciplinas y actitudes; así como el documental francés “Chez Frida Kahlo” (2011), que centra su lente en la vida de la autora de “La columna rota” (1944) durante los años 30 del siglo XX, un periodo marcado por presencias internacionales que vivieron con ella en su casa en Coyoacán, como el poeta surrealista André Breton y el revolucionario ruso León Trotski.
Estos, sin olvidar “Frida” (2024) el más reciente documental de la directora Carla Gutiérrez, que narra la vida de la artista mexicana a través de su diario, que dio como resultado una rica y emotiva combinación de pintura en movimiento y una conmovedora narración personal.
Entre páginas
Aunque innumerables y en aumento constante, en todos los idiomas, hay algunas biografías que han marcado un hito para la comprensión de la vida de Frida Kahlo, entre ellas, la escrita por la historiadora estadounidense Hayden Herrera, publicada en 1983, que sirvió como base a la ya mencionada versión cinematográfica de 2002.
También de 1983, un libro indispensable para conocer su vida es “Frida Kahlo, una vida abierta”, de la historiadora y crítica de arte Raquel Tibol, quien recopiló textos de la vida de la pintora: cartas, documentos, diarios, escritos y hasta poemas, con los cuales ella se vuelve la narradora de su propia vida. Además, también se encuentra la biografía de Martha Zamora: “Frida: el pincel de la angustia”, publicado en 2007.
En 2001, con introducción de Carlos Fuentes se editó el diario de Frida Kahlo, con facsimilares del mismo; mientras que 2021 se publicó la búsqueda y análisis más completo de la obra de Kahlo hasta ahora, del curador e historiador del arte Luis-Martín Lozano, bajo el título “Frida Kahlo: Obra pictórica completa”, de editorial Taschen. Además, Alfaguara ofreció en 2002 un libro para niños escrito por Johan Winter e ilustrado por Ana Juan.
En la ficción, el libro “La mesa herida” de Laura Martínez- Belli, narra a partir de un thriller histórico cuál pudo ser el destino de esta obra perdida, la más grande creada por Frida y que se extravió en 1955 cuando era trasladada a Polonia para ser incluida en una exposición.
En la música
La presencia de Frida Kahlo en la música también ha estado tanto como inspiración y orgullo como escándalo. Entre las inspiraciones se encuentra la canción de Coldplay, “Viva la vida”, del disco “Viva La Vida or Death and All His Friends”, de 2008. Su título evoca una frase escrita por Frida Kahlo en la que se considera que es su última pintura.
En el caso mexicano la figura de Frida Kahlo, en su vestimenta ha sido recuperada por varias artistas, entre ellas Natalia Lafourcade, quien ha aparecido con arreglos florales y vestidos típicos a la manera que lo hacia la pintora; así como la cantante Lila Downs, quien ha reconocido que la artista ha sido una inspiración para su vida y carrera.
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Este año Madonna en dos momentos evocó la figura de Frida, la primera durante una de sus presentaciones en nuestro país en compañía de la actriz Salma Hayek, quien se caracterizó de Frida para acompañar a la cantante en el escenario; mientras que la segunda rayó en el escándalo, pues “La Reina del Pop” causó polémica al afirmar en redes sociales que había tenido la oportunidad de vestir las ropas de la pintora, cosa que después desmintieron las autoridades del Museo Frida Kahlo, Casa Azul, en Coyoacán, que resguarda los artículos personales. Luego se supo que fue la familia Kahlo quienes le enseñaron las prendas y le permitieron portarlas.