El Museo de la Acuarela celebró en grande el Día Internacional de los Museo con la inauguración de la exposición "Ecos Marinos", autoría de Cristina Cimbrón, una elaborada propuesta abstracta que evoca las profundidades del mar a través de piezas cautivantes y únicas dignas de admiración.
La sala de exposiciones temporales albergará la muestra hasta el 15 de julio, donde se aprecia la interpretación de la realidad de la autora, una explosión de color que transmite algunas sensaciones de paz, tranquilidad y gran sensibilidad, en otras pasión, aventura y emoción.
La abstracción es una de las revoluciones de la plástica de las últimas décadas y permite a quienes la utilizan transmitir un mensaje a través de sus trazos, ligeras formas que dan indicios de los contextos, universos paralelos, inventados o evocaciones de la realidad.
En el caso de la maestra Cristina Cimbrón, hay referencias figurativas que nos permiten hacer un viaje a través de su manejo del color donde su memoria sensible nos lleva por las profundidades oceánicas, pequeñas formas de peces y hojas se funden en los tonos de acuarela donde predominan los azules profundos, los rosas cálidos y verdes, y rojos atenuados que permiten disfrutar por periodos prolongados de tiempo de la sensibilidad plasmada en el papel.
Cimbrón es una artista visual con formación profesional en ciencias de la comunicación que ha enriquecido su talento y visión artística con diferentes estudios de artes plásticas y que ha obtenido varias menciones honoríficas.
En su oportunidad, explicó que “Ecos Marinos” nació como una forma de homenaje al mundo submarino, inspiración surgida de sus experiencias en el buceo donde exploró lo que ella misma describe como "Un mundo maravilloso lleno de color y movimiento que surge, como la acuarela, del agua en un vaivén de colores y texturas".
Luego de la inauguración de la muestra, la artista ofreció un recorrido por cada una de las piezas, luego del brindis de honor y los agradecimientos emitidos a quienes hicieron posible la muestra, Cristina como un gesto de generosidad ante el público asistente rifó dos piezas de su colección y obsequió a todos pequeñas acuarelas en diversos colores.