Toluca, México.- La magia y la ilusión de un mundo fantástico fue el escenario en el cual Clara, Fritz, Drosselmayer y El Rey Ratón transportaron al público del Teatro Morelos a la extraordinaria presentación del Ballet El Cascanueces, obra del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Toluca, el ballet clásico de de la Secretaría de Cultura del Estado de México, el Ballet Sommeil, el Ballet Cynamoon y el Coro de Niños del Ayuntamiento de la capital que ofreció dos funciones el pasado fin de semana.
Bajo la batuta del director de la OFiT, Gerardo Urbán y Fernández, el sonido de cornos, clarinetes, fagotes, flautas y cada movimiento de los bailarines de danza clásica del IMC, instruidos por las maestras Iana Guerasskina y Dilza Bustabad, permitieron a las familias disfrutar de esa composición musical creada en 1892, en un fondo integrado por casas de jengibre, cajas de regalos, golosinas, y escenario de maravillosos colores.
En esta excepcional atmósfera propicia para que la imaginación de los niños, padres de familia y personas de la tercera edad convivieran con los danzantes y músicos, en esa historia desarrollada a mediados del siglo XIX, en Alemania, en la cual el juez Stahlbaum, padre de Clara y Fritz, en vísperas de navidad invita al padrino de la pequeña, HerrDrosselmayer a una cena, oportunidad donde el fabricante de relojes obsequia a los infantes fantásticos regalos.
De pronto, el Rey de los Ratones hace su aparición y reta a El Cascanueces a un duelo, ambos resultan heridos, sin embargo el ratón muere; la niña agradecida, abraza a su salvador y éste despierta convertido en el príncipe de sus sueños, el padrino convierte el salón en un bosque invernal acompañado por copos de nieve que los guían a un mundo maravilloso. Al llegar al Reino de los Dulces, son recibidos por la cigüeña y los príncipes árabes, españoles, chinos.
Celebración realizada en las calles de caramelo, castillos de turrón, fuentes de limonada y jardines de malvavisco, a la que se suman el príncipe ruso y el Hada de Azúcar, en vísperas de la Navidad.
La presentación concluyó con emotivos aplausos otorgados por más de tres mil personas, quienes disfrutaron esta maravillosa obra artístico-musical.
Ambas funciones lucieron llenas de entusiastas familias que no perdieron la oportunidad de contagiarse del espíritu navideño con esta obra magna que ya es tradición en la ciudad y sin embargo siempre sorprende a los habitantes de la ciudad.