Manos mágicas, se valen de todo lo que encuentren para convertirlo en artesanías

Moksha y Arturo iniciaron su proyecto en Ciudad de México, mismo que les ha hecho viajar y conocer otras entidades.

Por Elizabeth Ríos

  · miércoles 11 de julio de 2018

Toluca, México.- A tan sólo un año y medio de su consolidación, El Grenmio Acatl se ha posicionado como uno de los más importantes en el ambiente artesanal en Morelos, Puebla, Estado de México y Ciudad de México, promoviendo la compra y venta de artículos artesanales que pueden llevar hilos, telas, pieles y hasta piedras preciosas.

Con un brillo de emoción en sus ojos que emana al momento de hablar acerca de su oficio, a través del cuál ha conocido a cientos de personas en diversas entidades del país, Moksha afirmó que hacer arte se trata de una actividad única, pues en su caso puede adentrarse en lugares inimaginables, de los cuáles puede hacer uso de lo que pudiera ser considerado como un desecho, tales como los cráneos de animales.

“Nosotros recolectamos muchas cosas, podemos adentrarnos a la sierra para poder encontrar piedras, fósiles, huesos y cráneos, por ejemplo, son recolectados en lugares donde la gente usualmente no va, y nosotros le damos una segunda oportunidad de uso y lo transformamos en algo bello, en algo único”, explicó la joven mujer, quien fue insistente en que la sociedad debe tomar en cuenta lo que la naturaleza regala al ser humano.

Por su parte, Arturo, socio de Moksha, explicó el principal objetivo de sus actividades cotidianas en exposiciones de compra y venta de arte, es el promover el gusto por las artesanías, mismas que serán únicas en su especie y además de tener un valor económico resaltará una historia de cada pieza.

“Al empezar con nuestro proyecto empezamos más por el ámbito artesano y fluyó bastante bien, fue bien recibido por la gente. En mi caso, por ejemplo, lo que más me gusta es que constantemente podemos crear algo nuevo y perfeccionar nuestras técnicas. Cuando comenzamos no sabíamos nada y hoy a un año y medio de haber comenzado, seguimos aprendiendo y tenemos mucho que aprender”, explicó Arturo.


No buscaban un meteoro... pero lo encontraron

De acuerdo con la pareja de socios, la búsqueda implacable de distintas y nuevas piezas que puedan agregar a sus artículos de oferta nunca se detiene. A cualquier lugar que acuden aprovechan para buscar, lo que en una ocasión les dio la oportunidad de obtener un meteorito que pesaba cerca de siete kilogramos, mismo que fue comprado por un niño.

Narraron que durante su estancia en una sierra del estado de Puebla, lograron llevar a cabo un “trueque” con una persona que ofrecía piedras diversas, mismas que aseguraba eran meteoritos, sin embargo de todas ellas sólo una resultó ser una verdadera roca espacial.

“Fue en una zona donde muchas personas llegan a venderte supuestamente muchos trozos de meteorito, pero son más que nada piedras que se forman por fundición de rayos dentro de la tierra, pero lo que nos tomó por sorpresa es que entre toda la gama de piedras que tenía sí había un meteorito de aproximadamente siete kilos, hicimos un trueque, nosotros le dimos pedrería que teníamos a cambio de ese meteorito que terminamos vendiendo a un niño”, explicó Arturo con visible gracia en su rostro.

Muy divertidos, Moksha y Arturo explicaron que el pequeño cliente al enterarse de que en realidad se trataba de una piedra espacial, inmediatamente le pidió a su padre que se la comprara, pues se trataba de una pieza única con millones de años de historia en su fondo.

“Fue una cosa bellísima, el niño todavía le decía a su papá, '¿pero no te das cuenta? ¡viene del espacio!, es eso lo que buscamos en las personas, el poder sorprenderlos, el poder ofrecerles algo único, algo especial”, agregó Moksha.


Piedras preciosas, las más codiciadas

Entre las piezas exóticas y piedras preciosas que más demanda llegan a tener, se encuentran el jade, rubíes, cuarzos, gemas diversas, vidrios de fragmentación de meteoro, esmeraldas, zafiros y otras.

“La mayoría de la gente las compra porque muchos tienen la idea de que están relacionados para ayudarte con algo en particular, por ejemplo con el amor, la salud y la protección, cada quien llega a buscar según su interés y los fines que buscan”, añadieron los socios.

Entre las más codiciadas se encuentra la gema canadiense de ammolite, misma que surge tras la formación de un fósil de caracol de más de 40 millones de años, mismo que se desintegra.

“Cuando el fósil se desintegra el caracol comienza a integrarse al nácar y éste a su vez se pega en las piedras de río, al impregnarse se forma esta piedra preciosa que es difícil de encontrar en cualquier lado, pero que también tenemos para ofrecer a nuestros clientes”.

En el arte no existe el “NO”

De acuerdo con los artesanos, en ocasiones los pedidos de los clientes son extravagantes, sin embargo afirmaron el hecho de trabajar con la imaginación como una de sus principales herramientas de trabajo, les permite crear casi cualquier tipo de artículo.

“El poder crear cosas a través de la imaginación y tu corazón se convierte en una comunión contigo mismo, en esto no hay cosas difíciles, si tienes amor a algo que estás haciendo nada te limita, estás haciendo lo que tú quieras, inventamos, creamos, en nuestra especialidad nunca hay un no, estamos dispuestos a aprender y ofrecer lo que el cliente pida”, manifestó la artesana.

Arturo, por su parte, coincidio con su socia y añadió, la belleza de las cosas radica en datos como su lugar de procedencia y la historia que guardan en ellas.


El regateo, lo más difícil de ser artesanos

Pese a las buenas vivencias y gratas experiencias obtenidas a lo largo de un año y medio, también existen las experiencias negativas, sobretodo cuando del regateo se trata.

A decir de Moksha y Arturo, lo más difícil al momento de vender sus creaciones es cuando los clientes piden comprar alguna pieza en particular a un precio mucho menor al que tiene, pues se trata de una actividad que de cierta manera denigra el trabajo de cualquier artesano.

Los artesanos a lo largo de un año y medio de arduo trabajo, aprendieron a trabajar piedras preciosas, madera y el arte de tallar huesos y cráneos, mismos que después de la inversión de tiempo y dinero lograrán convertirse en una obra de arte.

“Es importante que nosotros como artesanos sepamos apreciar nuestras obras para que así trasmitamos ese conocimiento a la gente, en ocasiones ellos no aprecian nuestras creaciones, no aprecian el tiempo que le invertimos desde que se recolecta hasta que lo trabajamos y el acabado final”.