Los zapatos de tacón alto han sido considerados como un estilo femenino visto en todas partes, desde las pasarelas hasta el atuendo de trabajo diario, sin embargo no fueron inventados para que los usaran las mujeres.
Sorprendentemente se crearon para potenciar las habilidades de los guerreros persas, así que fue el hombre el primero en llevar los tacones altos.
El contexto de su origen se da a principios del siglo XVI cuando los persas y los otomanos de Asia occidental eran temerarios jinetes que luchaban sus batallas desde sus sillas de montar, así que para poder levantarse y disparar las flechas necesitaban un tacón resistente para mantenerse estable en los estribos.
Por lo tanto eran parte de la vestimenta ecuestre que les permitía convertirse en mejores jinetes y desde luego hábiles soldados, su uso era meramente práctico, detalla el artículo: Cómo los tacones pasaron de ser un arma de guerra a un símbolo de glamour femenino, publicado por la BBC News Mundo.
Después los zapatos al estilo persa fueron adoptados por aristócratas de las cortes de Rusia, Noruega, Alemania y España, entusiasmados con la idea de que les daba una apariencia viril, una masculinidad que de repente solo se podía alcanzar con ese símbolo de poder: el tacón.
Un gran momento en la historia del tacón fue cuando Luis XIV de Francia se encariñó con ellos, tal vez porque no era muy alto, medía 1:63 metros, pero sus zapatos le permitían elevarse hasta 10 centímetros, se lee en el artículo.
Pese a que los hombres europeos fueron los primeros en enamorarse de los tacones debido a su conexión con Persia y a la masculinidad que eso generaba, en esa época, la moda entre las mujeres era adoptar elementos del vestuario de los hombres y fue en 1630 cuando incluyeron los tacones altos.
No obstante años después, el movimiento intelectual de la Ilustración llevó a una preferencia por lo racional y lo utilitario, y un énfasis en la educación, no en los privilegios. La moda masculina giró hacia una ropa más práctica.
Los tacones altos estaban lejos de ser prácticos, así que eran vistos como absurdos y, por ende, afeminados. Para 1740 los hombres ya no se ponían zapatos con tacón.
Pero con la llegada de la fotografía durante el siglo XIX ayudó a que los tacones en las mujeres se convirtieran en un accesorio erótico, pero que trae complicaciones esqueléticas, musculares y dolor.
Ya en pleno siglo XX y con importantes avances tecnológicos, una investigación muestra que el tiempo promedio que la gente se aguanta los tacones es 1:06:48. Aunque aproximadamente un 20% de las personas dice que sólo pueden estar parados con zapatos de tacón 10 minutos.