El turismo espiritual se denomina a los viajes que se realizan con la intención de conocerse, reconocerse y trabajar en aquello que limita la felicidad individual.
Por lo que, en el viaje físico, también se trata de hacer un viaje al interior de uno mismo, con el fin de encontrar bienestar emocional.
En este Pueblo Mágico, al sur de la entidad, se encuentran sitios cargados de energía, donde se pueden practicar las actividades propias del turismo espiritual como la Gran Stupa Bond y la casa de oración Carmel Maranatha.
En la comunidad de Acatitlán, rumbo a los Álamos, se encuentra una de las 14 Stupa Bon de Ligmincha México, la cual es una estructura sagrada que representa a la mente despierta e iluminada, es decir, la mente de Buda.
De acuerdo con información de Ligmincha México, “la Gran Stupa Bon para la paz mundial”, es la segunda construcción del budismo en México, siendo la más grande de este linaje en el oeste del país.
Este centro de meditación tiene una altura de 34 metros y una superficie de 400 metros cuadrados, y fue inaugurado el 4 de diciembre de 2010, por el maestro Yongdzin Tenzin Namdak.
Mientras que, la casa de oración Carmel Maranatha es un centro religioso que se ha convertido en un referente para las y los vallesanos, por el ambiente armónico que se vive entre los jardines, pasillos y espacios de oración.
Maranathá, como los habitantes del municipio lo nombran, fue fundado en 1975 y pertenece a la orden eclesiástica católica de los Carmelitas Descalzos, quienes predican los cánones católicos para alcanzar una vida espiritual en gracia de Dios.
Su nombre está formado por dos palabras, “Carmel”, que en hebreo significa “jardín” y “Marana Tha”, que en arameo quiere decir “¡Ven, Señor!”, por lo que se concibe como un jardín o huerto para recibir al Señor Dios.
Esta tradición proviene de una de sus fundadoras de esta orden eclesiástica, Santa Teresa de Jesús, quien a menudo se le relaciona con el símbolo del huerto para predicar la dimensión espiritual de la persona.
La Secretaría de Turismo de México definió el turismo "mindfulness" como "esas escapadas" a aquellos sitios donde la motivación principal se centra en aspectos de carácter religioso.
Cuyas actividades están asociadas a la fe, a buscar la paz interior y la tranquilidad en un ambiente envuelto por la calma.
Tales como: los retiros de silencio y espirituales, talleres de mindfulness, sesiones de yoga, clases de tai chi, entre otras prácticas que llevan a encontrarse con uno mismo.