POR ANDREA BALANZARIOGUTIÉRREZ
Bridget Christie esuna humorista sin pelos en la lengua, célebre en el Reino Unidopor sus monólogos teatrales, en los que denuncia el machismo quesigue imperando en la sociedad contemporánea y reflexiona sobre lacondición femenina. Y, para que sus agudas reflexiones cargadas desarcasmo quedasen negro sobre blanco, una editora -sobre la queChristie se apresura a explicarnos que también ha publicado eninglés el Mein Kampf(Mi lucha), deHitler, eso sí, en edición crítica y anotada-le pidió queescribiese todo eso que explica, parodia y condena sobre unescenario.
Ser mujer, ayer y hoy
El resultado eseste libro, entre la evocación de experiencias personales (porejemplo, cómo un pedo la convirtió en feminista: sí, un pedo,han leído bien) y el panfleto descacharrante (por ejemplo, lostópicos inacabables sobre las feministas: no practican sexojamás, todas son lesbianas, gordas y feas, todas nacieron en lossesenta y todas usan gafas y parecen la Vilma deScooby-Doo, ah, y, por supuesto, todas sepasan el día quemando brasiers).
Contra estereotipos
Pero hay más,porque habla también de la mutilación genital, de lasescandalosas cifras de tocamientos no consentidos en los colegiosbritánicos y de la también escandalosa brecha salarial, de lascampañas de lencería con “mujeres normales”, de la industriadel sexo, de la dictadura del físico perfecto, de las jóvenesbritánicas enseñando los pechos en el The Sun de Rupert Murdoch...Yhabla también de mujeres: históricas como las Brontë, MaryWollstonecraft o las sufragistas, y actuales como Malala, la niñavíctima de los talibanes por querer estudiar.
Contra normas rígidas
Pero no se olvida de los hombres,históricos como el esteta decimonónico John Ruskin, que sedesmayó al ver el abundante vello púbico de su joven esposa lanoche de bodas, o actuales como Nigel Farage –bestia negra de laautora–, Dan Brown o el piloto de carreras Stirling Moss, queconsidera que las mujeres no están capacitadas para conducir tanrápido y, para demostrar su superioridad, un día se cayó por elhueco del ascensor, porque al abrir la puerta no se fijó en que noestaba en la planta...
Una crítica
Ácida, combativa, inteligente,provocadora, Christie sabe que hay cosas tan importantes que solose pueden abordar con humor. Y su libro acaba siendo también unareivindicación de cómo la comedia puede convertirse en un armapolítica, denunciar injusticias flagrantes y ayudar a cambiaractitudes. Tiene el sello Anagrama, disponible en todas laslibrerías.(M)