La danza puede y debe ser validada por la ciencia, ya que ofrece una exploración seria, rigurosa y profunda sobre la relación entre el cuerpo y la mente, afirmó la integrante de la Red de Divulgadores de la Cultura y la Ciencia “José Antonio Alzate” de la Universidad Autónoma del Estado de México, Jocelin Iztel Castillo Becerra.
Al dictar la conferencia en línea “La danza: cerebro y psiquismo”, subrayó que este arte permite pensar, comunicar, sentir, crear y traducir a través de las células cerebrales a cualquier edad y en cualquier momento.
Mediante las redes sociales de la Dirección de Desarrollo e Investigación Cultural, refirió que se trata de una habilidad cognitiva y metacognitiva, pues permite monitorear tus propios procesos a través de emociones. “Se puede traducir a todas las áreas de la vida”.
Los estudios neurocientíficos, indicó, han puesto atención en la relación que existe entre la emoción y la memoria. Son, dijo la especialista, procesos cognitivos sobre la mente y la manera en que incide en el aprendizaje.
La alumna de la Facultad de Ciencias de la Conducta aseveró que la danza es un discurso visible de las neuronas. Bailar, dijo, propone estructurar y desestructurar la anatomía de tu cuerpo; se puede transitar de movimientos ligeros a bruscos.
La danza, manifestó Jocelin Iztel Castillo Becerra, es una actividad que ha estado presente desde las culturas antiguas y ha evolucionado. Puntualizó que el movimiento rítmico y estructurado es una capacidad evolutiva que se aprende mirando. “Observar un movimiento conocido es suficiente para practicarlo mentalmente”.