Pocos conocen y han visitado la pirámide de El Conde, pese a que está ubicada a unos pasos de Periférico Norte, la extensión de la mancha urbana y la invasión de terrenos, han tapado por completo pirámides y basamentos.
Los mapas digitales de búsqueda refieren otro tipo de construcciones, pero no la zona arqueológica que, por su riqueza histórica y cultural, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
“Caminar por esta zona es adentrarse a lo que ocurría en esta región del Valle de México hace casi 800 años, 2 mil años después de la cultura Tlatilca", explicó el arqueólogo Francisco López Martínez del INAH.
Señala que este es sólo uno de los tesoros históricos que tiene el municipio de Naucalpan, junto con la vieja estación del ferrocarril, el Cerro de Moctezuma, el Acueducto de los Remedios y la propia basílica.
La pirámide de El Conde se ubica entre las calles Ozumba, Texcoco, Acambay y Chalco, en la colonia El Conde, entre la zona industrial de Naucalpan y el río Hondo, a unos pasos de Periférico Norte, por donde todos los días transitan más de 300 mil personas, que, en su mayoría, desconocen la existencia de esta zona arqueológica,
Esta zona arqueológica permaneció oculta por muchos siglos en un cerro, al estar cubierta por tierra, pasto y plantas.
“Quizá por eso los españoles a su paso no lo encontraron pues Cortés pasó a una cuadra de aquí por la avenida que hoy conocemos como 16 de septiembre y que es la continuación de la calzada México-Tacuba que llega hasta lo que fue la gran Tenochtitlán”, detalla el arqueólogo.
Afirma que en esta zona arqueológica no vivió ningún conde, pero tomó ese nombre porque hace unos 170 años, a mediados del siglo XIX, vivió en este predio el señor Manuel Conde, quien construyó su casa sobre la zona arqueológica.