Paola Espinosa, Dolores Hernández, Iván García y Germán Sánchez han aceptado la etiqueta y levantan la mano para pelear por medallas en la próxima edición de lo Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El equipo de clavados retomó sus entrenamientos desde esta semana en Jalisco y todo el esfuerzo apuntará a llegar con el mejor nivel a la nueva cita programada para el verano del 2021.
Después de una larga espera y de trabajar en casa como lo estableció el protocolo, los clavadistas junto a su entrenador Iván Bautista y al equipo multidisciplinario volvieron a la nueva normalidad para intentar recuperar en algo lo que perdieron por la contingencia sanitaria por Covid-19 y apuntando a ser protagonistas, como lo ha sido por tradición su disciplina.
"Siempre levantamos la mano para esa representatividad, siempre mis atletas tienen esa determinación, saben lo que quieren, es su pasión. Sí levantamos la mano y desde un inicio lo hicimos así, queriendo representar al país y sabemos que es un compromiso, esa es la perspectiva de nuestra gente, del país, que tiene esa confianza en nosotros siempre que hay un clavadista en competencia. Eso lo llevamos en el pensamiento de la práctica diaria. Estamos queriendo iniciar de manera importante porque queremos estar en juegos olímpicos y dar lo mejor", señaló el entrenador Iván Bautista.
Con este objetivo en mente, el equipo olímpico ya está enfocado en el nuevo ciclo para Tokio después del aplazamiento por la contingencia sanitaria mundial, "ya regresamos con el primer grupo a entrenamientos presenciales, en este caso es con los olímpicos y algunos de élite. Cuando supimos del descanso y viendo la situación se le dio seriedad. Agarramos un nuevo "chip" y lo tomamos como una oportunidad de reflexión, de cuidar la salud, pensando en que se tiene que regresar con toda la energía y aprovechar esta oportunidad que se nos da", manifestó Bautista.
A este lapso de inactividad, el equipo técnico aprovechó para realizar una inspección detallada de los atletas; incluso, Iván García fue sometido a una intervención quirúrgica menor.
" Durante la pandemia se buscó que estuviera lo mejor posible, tenía un detalle en el talón, un exceso óseo y fueron de dos a tres semanas de recuperación. Estuvo activo en casa para parar el tren inferior, es común y frecuente para los deportistas que están con cargas excesivas, se hace un escáner corporal para saber si necesitan algo y en este caso se aprovechó", informó el entrenador.