POR JORGE BRIONES
Brillar en la época de LeBron James ha sido tarea imposible parala mayoría de los astros que han llegado a la NBA durante el sigloXXI.
Tras estar en lo más alto de su reinado, al conseguir eltítulo con los Cavaliers, su cuarto personal y el primero de laciudad de Cleveland en deportes profesionales después de 52 años,el “Rey” era el amo y señor del baloncesto mundial. Se dio ellujo de rechazar durante el verano anterior al seleccionadoestadounidense que consiguió su tercera medalla de oro olímpicaconsecutiva. Ahí, en Brasil, en la Arena Carioca 1, se abría pasoel nuevo “Rey”.
Kevin Durant fue el estandarte de un combinado estadounidenseque desplegó su categoría en el máximo escenario del deportemundial. No tuvo oposición durante el certamen. Sus virtudesofensivas cumplían con lo que meses atrás había marcado en sucamino.
Sus nueve temporadas en la NBA con el Thunder de Oklahoma,siendo el máximo anotador de la liga en cuatro ocasiones y un ochoveces “All-stars”, no le había alcanzado para levantar elanhelado Larry O’Brien. Su mano derecha aún no tenía anillos decampeón, esos que separan a las figuras de las leyendas.
Aún con el recuerdo de la final que perdió en el 2012, justoante el Heat de LeBron, “Durantula” optó por el camino fácil.Ese mismo que había tomado James en el 2010 cuando dejó Clevelandpor Miami, uniéndose a otras súper estrellas (Dwyane Wade y ChrisBosh). Ahora lo iba a recorrer el astro originario de Washington.Aterrizó en Golden State por las próximas dos temporadas a cambio54.3 millones de dólares, donde completó una quinteta que habíaconseguido la mejor temporada para una franquicia en la historia dela liga. El 73-9 y el fichaje de Kevin ponían a los Warriors en eltope de favoritos a coronarse en la temporada 2016-17.
Pero tenía un obstáculo claro e imponente: los Cavaliers deLeBron James.
Para llegar al trono tenía que destronar al “Rey”, y eseera el objetivo, el motivo por el que abandonó su querido Thundery junto a los “Splash-brothers” tenía que desahogar su sed derevancha. En su caso de más de 1800 días.
Mientras él veía terminar sus opciones de cada año ante losSpurs de Greg Popovich o los Warriors de Stephen Curry, el astro delos ‘Cavs’ se convirtió en un sinónimo de dominio en la NBA.Ha llevado a su equipo a las finales en los últimos siete años,una nueva marca histórica, en todas como monarca de la ConferenciaEste. Aunque ha perdido la serie definitiva en cinco ocasiones.
La final anhelada en éste 2017 emparejó a los dos mejoresbasquetbolistas del mundo. Y ahí, en las cinco batallas de laserie, Durant se robó el show.
Y lo hizo desde su trinchera. A su estilo.
En la ofensiva volvió a ser la máquina imparables de 2.06metros, indefendible para cualquier defensivo perimetral de laliga. A su vez, descargó parte de su energía en contener a LeBrony lo hizo con autoridad. James fue superado por su rival en lamayoría de los renglones, o al menos en los más trascendentales,siendo una de las principales claves para la coronación de GoldenState.
A sus 28 años, “Durantula” consiguió su primer anillo decampeón. LeBron lo había ganado a los 27, en su época con elHeat, pero en esta ocasión, al menos hasta el final de la próximatemporada, Kevin Durant es el nuevo “Rey” de la NBA.