Aunque el futbol no era su sueño y debutar profesionalmente tampoco estaba en sus planes hasta hace poco menos de un año, las jugadoras Dirce Delgado, Sahori Islas y Daniela Gómez están aprendiendo y sumando experiencias en sus “nuevas vidas”.
Las tres jugadoras estaban metidas de lleno en sus carreras profesionales y el futbol había dejado de ser su prioridad, por lo que hoy se ven sorprendidas con el apoyo de la gente, de cómo las reconocen en la calle y hasta les piden un autógrafo.
Saben que las diferencias entre el futbol varonil y el femenil son abismales, pero se han ido adaptando conforme pasan los meses y aunque están conscientes que tardará mucho para que la Liga sea redituable económicamente, desde ahora la satisfacción personal se llena con saber que son pioneras de algo que parecía imposible en México.
“No soñaba con jugar futbol. Mi papá me llevaba a donde jugaba, me ponía a patear balones y fue hasta la prepa, a los 16 años, que participé en un torneo; en mis planes no estaba esto pero ha sido una grata experiencia”, reveló Sahori Islas.
La historia de Daniela Gómez no es diferente, la veracruzana sí jugaba pero decidió enfocarse en la escuela y el fut ya era sólo un hobbie, “mis sueños iban por otro lado, no imaginé dejar mi carrera y venir a jugar”.
En tanto Dirce Delgado, ahora capitana del Toluca femenil, tuvo un cambio más drástico, su amor por el atletismo se vio truncado por un deporte que “literalmente odiaba”, “para mi el atletismo era todo, no me gustaba el futbol, odiaba el futbol, odiaba a los pamboleros, veía los privilegios del futbol y que no daba resultado, pero después entendí que es comercial”.
Con el debut de las jugadoras también vino de golpe la realidad, de darse cuenta que llegó la profesionalización, pero no la igualdad, aunque en algunos aspectos, mantienen su postura de recibir el mismo trato deportivo sin importar el sexo.
“Modificar el reglamento sería una forma de discriminación”, dijo Daniela Gómez, y explicó, “el futbol es para ambos sexos, sólo que nosotras no discutimos, nos dedicamos a jugar, no queremos sacar ventaja, engañar al árbitro, no reclamamos y esa es la esencia del futbol femenil. Sería ofensivo un cuarto cambio, o modificar las reglas porque podemos correr y competir igual”.
A decir de las defensas, desde la profesionalización sólo se compara al futbol varonil y femenil en lo económico, minimizando otros aspectos más importantes.
“Comparan al futbol en relación a los sueldos, pero no es sólo eso, es también en cuestión de preparación profesional; la mayoría de las futbolistas tienen educación, tienen una carrera y la ejercen, lo que en el varonil no sucede, porque llega el momento donde deciden entre la escuela y el futbol. Nos hace diferente la preparación académica y se refleja en la cancha”, resaltó Dirce.
En esta gama de diferencias, para la mayoría de las jugadoras, estar en el terreno de juego es el mejor pago que pueden recibir, más allá de tener un sueldo estratosférico como lo hacen los varones y se guían por el sentido de pertenencia a la institución que les dio la oportunidad de jugar.
“Es por el simple hecho de hacerlo, es por puro gusto, lo harías sin tener nada a cambio”, sentenció Sahori Islas, a lo que Delgado acotó: “Nos enfocamos a pertenecer a un equipo y tener la oportunidad de jugar”.
Y es que por el simple hecho de ver el apoyo de la afición, las Diablas ya se sienten redituadas, pese a que aún no asimilan que se les vea como idolas o ejemplos a seguir, “¿quiénes somos? no debemos despegar los pies de la tierra, es sólo el reconocimiento de la afición a nuestra forma de hacer futbol. No por el hecho de pedirme un autógrafo voy a perder el piso, sería lo peor”, afirmó la capitana escarlata.
“Ver las gradas llenas no tiene precio. Cuando te piden una foto, me da más pena a mí que a ellos”, afirmó Daniela Gómez.
Como protagonistas de la primera liga profesional, Dirce, Saho y Dany hoy saben cuáles son las necesidades, que se requiere de primera mano para terminar de madurar una competencia que puede llegar a ser de las más importantes y exitosas en el país.
“En lo psicológico debe haber más preparación para trabajar con mujeres porque nos comunicamos diferente. Se debe trabajar en fuerzas básicas. No estamos preparadas, lo que hacemos es por tener talento, no por tener un proceso; los clubes saben que esta generación no durará siempre. Quizás no nos toquen las miles del futbol, pero sí a las futuras generaciones, somos pioneras y nos quedaremos con eso”, sentenciaron las defensoras.