Luis Enrique Pelayo González forma parte del equipo de futbol Amputados Toluca, su historia es de fortaleza física y mental en busca de consolidar el equipo, pero sobre todo ayudar a las demás personas para que adopten este deporte como una terapia de rehabilitación emocional.
“Tengo practicando futbol como cinco años, mis inicios fueron con el equipo Corsarios que dirigía Obed Aguilar en la cual logré un buen desempeño, pero después se desintegró así que me esforcé para forma uno nuevo el cual ahora es Amputados Toluca”, indicó.
El futbol es un deporte que le gustaba desde niño, pero a raíz de un accidente automovilístico que trajo como consecuencia la amputación de su pierna izquierda, sus metas no cambiaron así que estaba decidido a jugar aunque fuera con prótesis.
Fue hace siete años (25 de diciembre de 2014) cuando al ir conduciendo ocurrió el accidente en Tollocan, cerca de la avenida Vicente Guerrero, otro auto lo impactó y perdió el control para impactarse contra dos árboles, sin embargo eso no desmotivó a Luis Pelayo que pronto vio nuevamente con optimismo la vida.
“La aceptación de mi nueva situación fue muy rápido, mis familiares dijeron que esperaban al psicólogo para darme la noticia en la mañana, pero me di cuenta que ya no tenía la pierna y tras un rato de crisis por la tarde le dije a mi familia que no se preocuparan, todo iba a estar bien, le iba a echar ganar para salir adelante”, detalló.
Tras el accidente lo atendieron a él y su hermano (que también iba en el auto) en la clínica del IMSS 220 y después los trasladaron a la 251, donde su familia llevó a una psicóloga para trabajar en la motivación, pero no fue necesario.
“Me cuenta mi mamá y demás familiares que les dijo la psicóloga al salir de la visita -su hijo está muy bien, creo que está mejor que todos ustedes, yo aquí no tengo nada que hacer-, eso fue una buena muestra de fortaleza física y mental”, abundó Luis Pelayo.
El futbol, terapia de rehabilitación
En el proceso de rehabilitación el futbol fue clave para fortalecer el ánimo, así que pronto empezó a buscar algún equipo donde integrarse.
“Empecé a investigar con quien integrarme y surgió el equipo de Guerreros Aztecas, pero fue ahí donde me enteré que en Toluca se estaba formando un equipo (Corsarios), busqué la página, les escribí y me presenté a los entrenamientos en Ciudad Deportiva de Zinacantepec”, dijo.
Con Corsarios se lograron buenas metas, un equipo competitivo en la Liga Mexicana de Futbol de Amputados, pero que desafortunadamente se desintegró, así que a empezar de nuevo, pero ahora con la idea de formar su propio conjunto, de regresar a la liga y buscar que la gente que se integra lo vea como una rehabilitación emocional.
“Porque las personas se encierran en un mundo donde sobresalen las limitaciones físicas y eso no es así, es posible jugar con una pierna y con muletas”, abundó el egresado de la licenciatura de comunicación por la Universidad de Ixtlahuaca.
Resaltó que los límites se los pone uno mismo, es algo mental y al final es lo que nos mantiene atados y con pocas posibilidades de crecer.
“Han llegado chavos que en su vida habían jugado futbol y con los entrenamientos he visto su avance, corren más rápido y si les falla un poco el control del balón, no obstante lo más importante es que se sienten motivados, uno de ello agradeció la oportunidad porque en su mente pasaba el alcohol y las drogas, ahora ve la vida de una manera más positiva.
Estar completo físicamente a veces no ayuda mucho para desarrollar las capacidades motoras del organismo, Luis Pelayo consideró que eso hace relajarse porque uno se encuentra en un estado de confort y en el momento que aparece la discapacidad representa un punto de partida para explorar nuevas fortalezas.
Las nuevas expectativas
Para este 2022 uno de los principales retos para Luis Pelayo es consolidar el equipo, registrarlo en la Liga Mexicana de Futbol de Amputados y en lo personal practicar otro deporte para complementar la formación.
Una de las opciones es natación, lanzamiento de jabalina, incluso el voleibol sentado, que es donde le han hecho la invitación de manera más reciente, una motivación adicional ya que podría participar en 2023 en una justa internacional con sede en Chile.
“Uno de los objetivos con el equipo es que también tengan la posibilidad de practicar otros deportes, les ayudará a mejorar su nivel competitivo y tal vez algunos tengan las cualidades para trascender y eso me pondría muy contento porque he trabajado y luchado para que otras personas salgan adelante”, concluyó.