La charrería, el deporte nacional que da presencia, identidad y orgullo, también es de las disciplinas más costosas para su práctica, implica muchos objetos artísticos de elevados precios como los trajes, sombreros, zapatos, talabartería, reatas, herrajes y desde luego el caballo y sus gastos que implica como transporte y equipo multidisciplinario para su cuidado.
Este deporte se suma a la lista de las disciplinas caras que hay en el mundo como el polo, la Fórmula 1, navegación, el pentatlón e incluso el ciclismo, por eso pocos tienen acceso a este selecto grupo de deportistas, más reducido aún cuando se trata de los profesionales.
“Es caro ser charro, para empezar debes tener un caballo que reúna todos los requisitos como un coleador o calador y esos te cuestan a partir de los 100 mil pesos, pero muchos dicen ‘los quiero de registro en la Asociación de los 1/4 de milla’ aunque ya es vanidad pueden llegar a valer hasta 750 mil pesos”, indicó Erasmo Rodríguez, deportista charro por 62 años.
Al costo del caballo se suma la indumentaria, aunque también hay opciones, ya que en el caso del utilizado para la faena (pantalón, cinturón, botines, camisa y un sombrero de lana) es el más barato, pero están los más costosos que son ocupados para las ceremonias de gala, pero en general van desde los 6 mil hasta 120 mil pesos.
“Pero hay trajes de media gala, gala y ceremonia que ya incluyen metales preciosos principalmente con los botones de plata, aunque los más pudientes pueden incluir los de oro para los grandes eventos, en mi caso tengo como 15 trajes para los diferentes momentos que van desde los de faena hasta aquellos con botones de plata”, abundó el ex colabador de esta casa editora de 1992 al 2004 con su columna “Jineteando la noticia”.
Con 72 años de edad en la actualidad, Erasmo Rodríguez sigue activo en la charrería, entre sus logros fue campeón nacional en 1968, participó en el espectáculo de Antonio Aguilar, dos veces campeón del Estado de México jineteando toros, tuvo actividad como charro completo, sin embargo ya no es socio activo debido a la falta de tiempo y regresar implica pagar una fuerte cantidad.
“Para poder ingresar como socio hay varios costos, hay asociaciones como la Nacional de Charros que cobra entre 300 y puede llegar a los 500 mil pesos, pero al momento no aceptan más socios porque ya son muchos, pero en el caso de la de Toluca arriba de los 130 mil pesos, aunado a la cuota mensual, esto para poder competir, tener una caballeriza y estar durante las reuniones para tratar puntos relacionados con la charrería”, detalló.
A todo lo anterior se suma el mantenimiento al caballo, la caballeriza, camioneta y remolques para los traslados, sueldo al caballerango.
“Es un buen gasto practicar el deporte nacional en forma, aunque también hay eventos para los charros profesionales como el Circuito de Excelencia Charra que recientemente tuvo la fecha tres en Toluca, un evento donde ya entre mucho la mercadotecnia porque es un negocio redondo y se reparten millones de pesos en premios”, abundó.
Sin embargo reconoció que todo esto ha cambiado la esencia de la charrería que tiene su origen en las actividad del trabajo de campo con el ganado, ahora todo está enfocado en sumar puntos en las competencias.
“A los jóvenes charros se les olvida que hay una historia de la charrería porque ellos llegan a un lienzo charro sin importarles que los antepasados hayan practicado esto en el campo como actividad cotidiana, lo único que les interesa es sumar puntos”, externó.
Además dentro de sus diversas actividades también canta, su próximo compromiso será el 26 de septiembre en Tenango del Valle con un grupo de jubilados que hacen su fiesta.