Tuvieron que pasar cuatro largos años para que la Selección Mexicana de Futbol regresa a al Infierno Mexiquense y anoche se vivió una auténtica fiesta que culminó con el triunfo para el cuadro dirigido por Gerardo "Tata" Martino.
El duelo, aunque amistoso, fue el pretexto justo para celebrar por todo lo alto y así lo hizo la afición frente a Trinidad y Tobago.
No importó que el equipo nacional estuviera conformado sólo por jugadores que militan en la Liga MX y que 19 ni siquiera hubieran debutado con la mayor pues enfundados en la casaca nacional se olvidan esas distinciones.
El Cielito Lindo se escuchó temprano en el Nemesio Diez. Cada avance de Juan José Macías o de Erick Aguirre hicieron que el graderío retumbara aunque ese grito por momentos terminó ahogándose en cada intento.
JJ Macías hizo explotar a la afición con soberbio gol que puso en ventaja 1-0 a la selección mexicana y de ahí ya no paró ni la ola, ni las porras que unieron a los mexiquenses en una sola voz.
Jesús Angulo puso el 2-0 en el marcador y la intensidad fue creciendo acompañada por los acordes del mariachi que se escucharon en el sonido local.
Y es que en las gradas la afición estaba más ocupada en disfrutar cada momento de su selección que ni tiempo se dio para recordar el grito - considerando homofóbico - que la Federación Mexicana de Futbol está empeñada en erradicar de los estadios nacionales.
El monumental canto del Cielito Lindo está vez fue el grito de guerra que sustituyó al tradicional "Matador", esta vez ondearon las banderas tricolores mezcladas con las escarlatas y no era para menos porque la noche fue redonda.
Desde Raúl Gudiño, Alan Mozo, Ismael Govea, Erick Aguirre, Jesús Angulo, JJ Macías y toda la sangre nueva de la Selección Mexicana no escatimó esfuerzos y sudor en el terreno de juego aunque en el segundo tiempo ya no hubo oportunidad de acrecentar la ventaja.
Triunfo de México con sabor a fiesta en el estadio Nemesio Diez, fiesta choricera que la afición espera desde este momento, se repita muy pronto.