Toluca rescata empate de oro ante Querétaro

Leo Fernández se vistió de héroe y en tiempo de compensación salvó a los Diablos de la derrota ante Gallos

Gabriela Rangel | El Sol de Toluca

  · viernes 25 de febrero de 2022

Cortesía | Toluca FC

Leonardo Fernández fue el héroe de la noche en la cancha de la Corregidora. El uruguayo salvó a los Diablos Rojos de la segunda derrota consecutiva con un soberbio golazo en tiempo de compensación ante unos Gallos Blancos de Querétaro que picotearon primero y estuvieron a dos minutos de quedarse con el triunfo, en el duelo de la jornada siete del torneo Clausura 2022 de la Liga MX.

Maxi Perg puso la ventaja emplumada y Fernández igualó los cartones al minutos 95.

Toluca arrancó mejor el encuentro, con mayor posesión de pelota y con soltura de tres cuartos de terreno para adelante, aunque de los primeros tres esbozos ante el marco de Washington Aguerre, en ninguna pudo concretar el tanto de la ventaja.

Leonardo Fernández rimeros probó los reflejos del arquero queretano desde fuera del área grande y le dio a Toluca la primer clara del encuentro, sin embargo, Gallos no se quedó atrás y en la primera opción al frente, puso a sufrir a la defensiva roja donde Haret Ortega se empleó a fondo para evitar en primera instancia el peligro.

En la reanudación de esta jugada y para sorpresa de los dirigidos por Nacho Ambriz, Maximiliano Perg aplicó la ley del ex y abrió el marcador 1-0, aprovechando un rebote proveniente de un disparo de José Angulo que quedó muerto en el área chica. El defensor uruguayo tomó el “regalito” de la zaga roja y frente al arquero García pateó con rencor para poner la ventaja local.

Los rojos que habían presentado mejores argumentos tardaron el recomponer el camino y hasta el minuto 25, Leonardo Fernández volvió a plantarse en el marco emplumado. El creativo uruguayo se quitó la marca de Jorge “Burrito” Hernández y ante el achique de Aguerre, le estrelló el esférico en el cuerpo al arquero, que con las piernas le arrebató la posibilidad de empatar los cartones para los Diablos.

En este resurgimiento escarlata, Pedro Alexis Canelo recibió una falta dentro del área chica que el silbante Oscar Mejía no decretó como penal y tampoco se auxilió del VAR, pese a que el argentino estaba tendido por un pisotón en la pierna derecha.

En la agonía del primer tiempo, el Toluca todavía tuvo oportunidad de gestar una jugada al ataque. A velocidad tejió un contragolpe que culminó con disparo del paraguayo Braian Samudio que se fue por encima del marco queretano.

Alexis Canelo desperdició una aproximación más en los primeros instantes de la parte complementaria. Haret Ortega le sirvió una bola con ventaja al capitán choricero que se elevó y conectó con la cabeza, sin embargo, su contacto se fue muy por encima de la puerta de Querétaro. Toluca llegaba pero no encontraba la recompensa.

Gallos echado al frente se dio el lujo de marcar el segundo en su cuenta, aunque este tanto fue anulado por un fuera de lugar del atacante Ángel Sepúlveda, que salió un pasito adelante de la línea de Oscar Vanegas y Haret Ortega, lo suficiente para mantener el marcador parcial.

La noche comenzó a caer sobre Querétaro que se quedó en inferioridad numérica por la expulsión de Areli Hernández por propinar un tallón sobre el tobillo de Daniel “Fideo” Álvarez en medio campo y el silbante Mejía no tuvo reparo el sacar la tarjeta roja.

Otra polémica arbitral se quedó en eso, tras una mano de Enzo Martínez en el área chica que no fue llevada a la revisión del VAR, mientras que Camilo Sanvezzo reclamó airadamente el penal a favor.

En tiempo de compensación, Leonardo Fernández se puso el traje de héroe y después que Aguerre le había sacado un gol cantado en tiro a balón parado, en una segunda jugada, el uruguayo sacó la magia de sus botines, tejió una jugada personal, acomodó el balón a su pierna izquierda y fusiló con zapatazo infernal al arquero emplumado que no pudo contener el 1-1.

Toluca en el último suspiro rescató la igualada y de paso le arrebató un punto de oro a los Gallos Blancos y a Hernán Cristante que ya se saboreaban el triunfo.