Toluca, México.- Los pronósticos no eran los mejores para México, históricamente nunca se le había ganado a Alemania en un mundial y, sin embargo, la afición siempre fiel esperó y avivó sus esperanzas desde el arranque del partido con dos equipos del más alto nivel en el terreno de juego hasta que cayó el anhelado gol, de alta manufactura, de Hirving Lozano, para tomar la bendita ventaja que duró hasta el final del partido e hizo explotar los festejos que quedarán para la posteridad.
En la capital mexiquense no fue la excepción, desde el silbatazo final cientos aficionados tomaron por asalto el monumento al Águila, en Paseo Colón, para celebrar la hazaña del triunfo sobre Alemania y por hacer historia en el Mundial de Rusia.
En poco tiempo se congregaron un promedio de 200 personas en un ambiente de fiesta, ondeando las banderas, gritando “¡Sí se pudo!”, contagiando a los automovilistas que circulaban por la vía; algunos se sumaron a la celebración y otros más buscaban la salida lo más rápido posible de la zona.
La guerra de espumas estaba por todos lados, niños, jóvenes, adultos, la mayoría portando su playera de la selección nacional invitaban a la celebración, el ruido del algunas matracas surgieron de la nada y como era de esperarse pronto llegaron las fuerzas del orden para organizar el tráfico y que los festejos no se desbordaran.
Para los vendedores fue una buena oportunidad de ofrecer banderas, sombreros y cualquier accesorio necesario (incluyendo las tradicionales papas en sus diferentes presentaciones) para unirse a la fiesta, y aunque México apenas inicia su camino al Mundial, los seguidores del combinado nacional saben que el respaldo y confianza debe estar en todo momento.
Pronto la afluencia de vehículos se incrementó, algunos conductores se empezaron a desesperar y por momento manifestaban su molestia, no obstante había justificación, el triunfo de la selección en un partido complicado no era común, y menos si coincidía con el festejo del Día del Padre, así que todo lo demás podía esperar.
En la recta final del festejo, los aficionados se empezaron a organizar para la clásica porra, era lo que hacía falta, la bandera ondeó en lo alto y el grito de “¡México!”, “¡México!” se escuchó a lo lejos.
Los minutos transcurrieron y la gente comenzó a disiparse para retomar sus actividades, a regresar a la realidad, pero en un día histórico. México comenzó de la mejor manera el Mundial, pero falta camino por recorrer y el monumento al Águila espera los siguientes festejos.