Para pilotos y pobladores de Valle de Bravo y Temascaltepec, los vuelos en parapentes se han convertido en su sustento, en su forma de vida y en la oferta turística con la que planean recuperarse económicamente en medio de la pandemia por Covid-19.
Durante un año, toda la actividad turística se detuvo en la zona y con el cambio de semáforo epidemiológico, este sector está apostando todo a esta atracción para volver a posicionar a los dos municipios mexiquense en el ojo de los visitantes, no solo nacionales, también los que vienen del extranjero durante el periodo invernal.
Miguel Gutiérrez Fernández, director del Abierto Monarca de Parapente y de Alas del Hombre externó que esta actividad que comenzó a desarrollarse hace 45 años en la zona de Valle de Bravo, a través de la escuela de vuelo que lleva el mismo nombre, “enseñamos a volar en todos los niveles, llevamos a volar a turismo con instructores certificados, sin que el usuario tenga experiencia previa. Hacemos cerca de 3 mil vuelos al año y es una actividad que está premiada por Sectur federal como un producto en turismo de aventura”.
En este sentido, no solo se ofrece el vuelo como una actividad recreativa para el visitante, también se convirtió en un referente como competencia nacional e internacional, a través del Monarca Paraglading Open, que se realizará la primera semana de enero y donde participarán 150 pilotos de 20 países del mundo, lo que significará contar con una derrama económica importante de turismo extranjero.
“Van 17 ediciones y es otro producto reconocido como turismo deportivo desde el 2018. Lo que hemos hecho con este evento es posicionar al México a nivel internacional para atraer turismo y poner los ojos en el mundo. Eso ha hecho que muchos extranjeros vengan a volar durante el invierno. Llegan alrededor de mil pilotos que dejan una derrama en Temascaltepec y en Valle, el impacto que ha tenido el deporte en el destino es muy importante”.
Gutiérrez Fernández abundó que lo importante de la actividad siendo recreativa o de competencia, es que la derrama económica se vaya directo a la base, es decir, a la población nativa de ambos municipios, a los hoteleros locales, taquerías, restaurantes y desde luego a los pobladores que se unieron a la escuela de vuelo y ahora son instructores certificados.
“Eso ha generado una nueva oportunidad de desarrollo para los niños, tanto en el Peñón de Temascaltepec como en las comunidades en Valle. Asimismo estamos poniendo un granito de arena para que la economía se vuelva a reactivar. Somos un medio importante para atraer turismo, vienen solo por la experiencia de volar y derivado de eso ya se quedan a conocer en la zona. Por otra parte, con los protocolos de la pandemia, el Parapente no es un deporte tumultuoso, es una actividad al aire libre, por lo que podemos decir que es completamente seguro practicarlo, aun estando en pandemia”, puntualizó Miguel Gutiérrez.