Las pandemias, hambrunas y alteraciones climáticas que afectan la producción alimentaria están relacionadas con la baja actividad solar, un fenómeno que comenzó a principios del 2000 y que durará entre 60 y 70 años.
Sin embargo las consecuencias más severas serán entre los años 2030 y el 2050, las cuales se reflejarán con importantes sequías por la escasez de lluvia afectando a las plantas, mismas que sirven de alimento para los humanos y otras especies.
El problema es complejo, dice el artículo publicado en julio del 2020 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) titulado Baja actividad solar, ¿nos afectará?, ya que los científicos la llaman “un gran mínimo”, es por eso que durante las mañanas y las noches las temperaturas disminuyen, en el día el calor aumenta y con ello los rayos ultravioleta más altos afectando a la población, además cada invierno será más frío.
El documento publicado por la máxima casa de estudios del país y donde se entrevista a Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica, detalla que para conocer el comportamiento del Sol se utiliza la inteligencia artificial la cual aporta modelos y algoritmos, lo que ha permitido establecer los diferentes escenarios en el futuro.
Los científicos coinciden en que el Sol también descansa y lo está haciendo en estos momentos, es como si entrara en fase de hibernación, pues no puede emitir siempre la misma cantidad de energía; todos los seres vivos tenemos etapas de actividad y descanso, lo mismo pasa con el Sol.
Se ha demostrado también que esta baja actividad coincide con las pandemias históricas que han existido, por ejemplo, durante el Siglo VI hubo un mínimo de actividad solar llamado “Mínimo medieval”; en este período se registró uno de los primeros brotes de la peste bubónica.
Otros ejemplos son la peste negra a principios del siglo XIV que mató a varios millones de europeos, acontecimiento que coincide con el período de baja actividad solar conocido como “Mínimo de Wolf”, después, a principios del Siglo XVI, durante el “Mínimo de Sporer”se presentó la viruela traída por los españoles, la cual disminuyó considerablemente la población de México y Perú.
El ciclo más reciente de baja actividad solar se registró en el siglo XIX, que coincidió con los grandes movimientos sociales como la Revolución Mexicana, grandes sequías que provocaron hambruna y el levantamiento social de la población.
Para afrontar la situación, el artículo publicado por la UNAM sugiere que es indispensable atender las necesidades prioritarias de la población, construir hospitales de alto nivel con la capacidad de resolver los problemas de salud que puedan presentarse.