La diabetes mellitus es una enfermedad que también afecta a nuestras mascotas y es causada por la falta de la hormona insulina. “Es exactamente igual que en los humanos”, señaló en entrevista Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM Banfield.
En perros y gatos existen tres tipos de diabetes: el tipo 1 se conoce como insulino dependiente, y es cuando esta hormona no se produce de forma adecuada. Esta presentación es más común en los perros.
El segundo tipo se llama diabetes mellitus no insulino dependiente, y en este caso la secreción inadecuada de la insulina se da a destiempo, y no tiene efecto de la forma correcta. En este caso no necesariamente se tiene que aplicar o administrar insulina, se puede corregir con una dieta. Este modelo es más común en los gatos.
El tercer ejemplo se asocia con otros factores, como son problemas hormonales o administración de medicamentos que pueden favorecer la presentación de un paciente diabético.
¿Qué pasa con la diabetes?
La insulina es la hormona encargada de realizar varios procesos dentro de un organismo, pero el principal es llevar azúcar a la sangre para introducirla en las células y que éstas tengan combustible para realizar sus funciones.
Si en el organismo no hay insulina no entra el azúcar a las células y surge un desbalance en el cuerpo. El azúcar se vuelve excesiva y es eliminada por la orina y esto favorece infecciones en las vías urinarias.
El organismo tratará de obtener la energía por otras vías y tomará la grasa de reserva, inclusive la masa muscular que es la energía.
¿Cuáles son los síntomas?
De acuerdo con el especialista de Banfield existen tres principales síntomas: la primera es la polifagia o comer mucho. A pesar de que hay azúcar en el organismo, las células no la detectan y piden la energía que necesitan.
La segunda es la polidipsia, que es la necesidad de tomar mucha agua. Cuando un perro o gato sufre de diabetes orina de forma excesiva, esto es porque el azúcar sale por este medio al mismo tiempo que se lleva el agua del cuerpo.
La tercera es la pérdida de peso, que surge debido a que el organismo utiliza la grasa de los músculos que están como reserva para producir la energía.
Al igual que en los humanos, la diabetes mellitus no duele, no existen molestias pero dentro del organismo se llevan a cabo cambios muy grandes, que a largo plazo, podrían dejar a la mascota ciega, con problemas de circulación, daño renal permanente irreversible e incluso llegar hasta la muerte.
Por lo tanto, Reyes Delgado recomienda a los propietarios llevar a sus mascotas al veterinario al menos una vez al año, para que se les realicen pruebas de laboratorio básicas y así prevenir esta enfermedad.
Con información de UNAM Global