Los anticuerpos maternos transmitidos al feto antes del nacimiento, brindan protección contra muchas enfermedades virales y bacterianas los cuales son fundamentales para la vida durante los primeros meses.
La bioquímica Claudia Iveth Coronado explicó que existen dos tipos de anticuerpos, los de tipo IgG, los cuales pasan por la circulación sanguínea de la mujer embarazada a su feto y los de tipo IgA que se transmiten durante la lactancia materna.
“La Inmunoglobulina G (IgG) es el tipo de anticuerpo que más abunda en el cuerpo, se encuentra en la sangre y en otros fluidos, y brinda protección contra las infecciones bacterianas y víricas. Estudio biomédicos revelan que existe un transporte activo de los anticuerpos de la madre al feto", refirió la especialista.
Coronado explicó que dicho transporte activo se ve influenciado por la edad cronológica de la madre, la edad gestacional, el estado nutricional de la madre y el peso del recién nacido. Detalló que la IgG puede tardar un tiempo en formarse después de una infección o vacunación.
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Mencionó que un útero gestante es un lugar inmunológicamente privilegiado, donde el feto es protegido por el sistema inmune materno, mediante un amplio repertorio de estrategias de evasión que contribuye a la sobrevivencia del feto.
“Desde un punto de vista inmunológico, el embarazo constituye toda una paradoja, ya que los mecanismos normales de protección contra las infecciones son potencialmente capaces de rechazar y destruir al feto. El problema es que éste puede ser visto por el sistema inmune materno como un injerto semialogénico que expresa antígenos heredados del padre, los cuales pueden ser reconocidos como ´no propios´ por la madre”, expresó la especialista.
Refirió que la tolerancia inmunológica en la interfase materno-fetal es un evento natural por el cual el sistema inmunológico materno no inicia una respuesta contra el antígeno semialogénico representado por el feto. Añadió que se ha observado que tanto interacciones celulares como moleculares de los sistemas inmunológicos materno y fetal generan una condición que permite la progresión del embarazo y con ello preservar la subsistencia de la especie.
Explicó que la gestación en sí misma constituye un acontecimiento de equilibrio inmunológico y la tolerancia inmunológica que permite la progresión del embarazo.
En esta participan una secuencia sincronizada de eventos que se inicia desde la concepción y fertilización para dar lugar a la implantación y progresa hasta alcanzar un embarazo a término, donde se incluyen factores fetales, maternos y placentarios, como son el acoplamiento de los factores celulares y moleculares.
“Desde hace mucho, los estudios de los diferentes componentes del sistema inmune han buscado una explicación para el inicio y establecimiento de una gestación exitosa. Ésta se caracteriza porque la madre conserva su capacidad de respuesta inmunitaria, al mismo tiempo que el feto es objeto de una protección muy especial”, dijo.
Señaló que durante la vida intrauterina, el feto está protegido por la madre de las agresiones externas, por lo que no necesita que su sistema inmunológico sea operativo. Sin embargo, al nacer, recibe una avalancha de elementos extraños, por lo que necesitará disponer de cierta protección, así como una preparación para ejecutar las defensas necesarias para su protección inmunológica.
“También existen estudios que muestran que la pérdida de la tolerancia inmunológica se asocia con abortos espontáneos, preeclampsia y eclampsia entre otras patologías propias del embarazo.
"Gran parte de los conocimientos sobre la participación del sistema inmune en el embarazo se han obtenido de las mujeres con padecimientos autoinmunes, en las que existen modificaciones en el curso de la enfermedad durante el embarazo”, detalló la especialista.
Por otro lado, expuso que ha habido casos donde mujeres que padecen de artritis reumatoide presentan una mejoría clínica, mientras que, aquellas con lupus eritematoso sistémico, la enfermedad se exacerba. Estos datos son una clara muestra de que el embarazo modifica el sistema inmune y en este proceso intervienen múltiples factores que modulan la respuesta inmune innata y adaptativa de la madre.
Covid-19
Ante todos estos datos, mencionó que la placenta podría desempeñar un papel vital a la hora de que las mujeres embarazadas transmiten anticuerpos contra la Covid-19 a los bebés.
Destacó que una investigación reciente del área de microbiología en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania sugiere que las embarazadas no sólo están transfiriendo anticuerpos a los fetos, sino que la cantidad de estos es más elevada, si la infección por SARS-CoV-2 se produce al inicio del proceso de gestación.
La concentración de anticuerpos en la sangre del cordón umbilical es entre 1,5 y dos veces mayor.