Las personas que duermen la siesta una o dos veces por semana durante el día tienen hasta un 48% menos de probabilidades de sufrir un ataque al corazón.
Lo anterior lo dio a conocer una investigación realizada por científicos del Hospital Universitario de Lausana en Suiza y publicada en la revista científica Heart, dela British Medical Journal (BMJ), en la cual se detalla que esta práctica podría ser la solución a la aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias que provoca un estrechamiento y endurecimiento.
El estudio contempló a 3 mil 400 personas de entre 35 y 75 años durante un periodo de cinco años. En ese plazo midieron si los participantes dormían o no la siesta, su duración y los episodios de infarto o ataque al corazón que habían sufrido en ese lapso.
Los resultados arrojaron que durante los cinco años se produjeron 155 infartos entre los participantes, pero las personas que dormían la siesta una o dos veces a la semana sufrían la mitad de ataques al corazón que quienes no lo hacían.
Nadine Hausler, autora del estudio, resaltó que la asociación entre la siesta y un menor riesgo de infarto se mantuvo después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes como la edad y la duración del sueño nocturno, así como otros riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo dormir la siesta de forma habitual solo provocó efectos adversos en personas mayores de 65 años y que sufrían apnea del sueño severa, además los expertos parecen estar de acuerdo en que dormir siesta una o dos veces por semana es perfecto, pero hacerlo a diario no trae beneficios.
El trabajo de investigación detalla que el sueño, como la alimentación y el ejercicio, es un pilar para un estilo de vida saludable, impacta en todo lo que se hace y cuando se altera la cantidad o la calidad puede perjudicar el desempeño en el hogar, en el trabajo, en el juego, en el aprendizaje y en la salud.
La National Sleep Foundation dice que la mayoría de los adultos debería dormir entre 7 y 9 horas cada noche, dormir menos de siete horas de forma rutinaria se asocia con varios problemas de salud, como obesidad, presión arterial alta, enfermedad de las arterias coronarias y accidente cerebrovascular.
Un estudio de 2019 publicado en el Journal of the American Heart Association, reveló que las personas que tenían presión arterial alta o diabetes tipo 2 duplicaron su riesgo de muerte prematura por enfermedad cardíaca si dormían menos de seis horas.