Desde que aprendemos a leer su práctica se vuelve cotidiana; los anuncios en la calle, al pasar a un puesto de periódicos, lo que nos ofrecen los medios digitales como computadoras o smartphone y desde luego los libros.
Sin embargo somos poco conscientes de todo el proceso que se lleva a cabo en el cerebro, pero es una actividad que ayuda a fortalecer la memoria, facilita la decodificación del lenguaje y desarrolla la creatividad.
Al practicar la lectura se activa un área en específico del encéfalo; las neuronas se excitan y diversos vasos sanguíneos liberan nutrientes, permitiéndonos comprender qué es lo dicen las palabras que estamos observando, detalla el neurobiólogo de la UNAM Mauricio Díaz Muñoz.
Además leer incentiva al cerebro a realizar varias actividades a la vez, diversas zonas del encéfalo se tienen que coordinar y comunicar para hacer posible que cada individuo al momento de leer reconozca signos o algo gráfico, los cuales deben ser captados por la vista y posteriormente interpretarlos, dándole contexto y significado.
El especialista universitario refiere que cuando una letra viene después de otra formando conceptos y luego oraciones, el encéfalo le da un sentido de sintaxis para que analicemos si lo que estamos leyendo está bien escrito; posteriormente a nivel semántico examinamos si el texto tiene coherencia y finalmente llega la compresión.
Como ejemplo describe sobre un barco de refugiados africanos que naufragó, es un tema que conmueve debido a que simboliza una tragedia, lo que se va a interpretar en el cerebro como una parte emotiva, sin embargo dependiendo del tipo de lectura se despertarán otras emociones en el cuerpo.
Leer también ayuda al cerebro a desarrollar habilidades imaginativas y de concentración al visualizar paisajes, personas, épocas y situaciones, logrando así que el encéfalo se estimule con mayor frecuencia y la creatividad aumente.