Comer para combatir el estrés, soledad, tristeza o ansiedad, es un problema de salud mental conocido como alimentación emocional, el cual está afectando a la población en general y tiene un alto impacto en el peso y dieta de las personas.
La Asociación Americana de Psicología (APA) detectó que el 38% de los adultos estadounidenses dijeron comer mucho o de manera no saludable por estrés, en tanto un estudio publicado en los Archivos Latinoamericanos de Nutrición encontró que factores como la importancia de la estructura familiar, el entorno social y el enlace cultural, también influyen en la alimentación emocional.
Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist, considera que comer en exceso puede reducir tu nivel de energía, causar dolores de cabeza y en general, conlleva al aumento de peso, se detalla en el artículo publicado el 27 de mayo en la agencia Notipress con el título: Enfrentarse a la alimentación emocional, una problemática de salud mental.
El problema no se resuelve con restricciones alimentarias donde entra el tema del autocontrol, porque querer comida reconfortante es parte de la naturaleza humana, así que la solución debe centrarse en la "emoción incómoda" que desencadena el deseo; procesando las emociones, aunque nada sencillo en el contexto actual.
En el documento se dan a conocer dos principios para superar la alimentación emocional: el primero es reconocer el comportamiento sin juzgarse a sí mismo, como en el caso de las adicciones.
La segunda recomendación es encontrar una solución emocional, pues el remedio radica en sentir, reflexionar las emociones y situaciones que lo desencadenan, y las principales en los comedores emocionales son: estrés, soledad, tristeza, aburrimiento y ansiedad, cada emoción requiere de una aproximación distinta.
Debido a que es una problemática que afecta a un gran porcentaje de la población adulta y menor es necesario acudir con el especialista en temas de salud mental y evitar otros inconvenientes físicos.