La civilización maya abarcó desde la península de Yucatán, México, Guatemala, Belice, hasta partes de Honduras y El Salvador, su apogeo lo alcanzó durante el siglo VII de nuestra era, Tikal fue el centro económico y ceremonial para miles de habitantes, pero estaba lejos del agua, ¿cómo resolvieron este reto?.
Sin ríos ni lagos cercanos, los mayas tuvieron que crear una red de enormes embalses para recolectar y almacenar suficiente agua de lluvia durante la estación seca de la región, que dura de cuatro a seis meses y poder abastecer a los miles de habitantes que tuvo durante su apogeo.
Estos reservorios constituyeron la hazaña hidrológica que ayudaron a que hubiera más de mil años de presencia maya en Tikal, ubicada actualmente en Guatemala.
Los núcleos de sedimentos tomados de los reservorios de Tikal muestran que crearon el sistema de filtración de agua más antiguo conocido en el hemisferio occidental, detalla el artículo: El brillante invento de los mayas (que aún se usa hoy) para levantar una majestuosa urbe en un lugar sin agua, publicado en la BBC News Mundo.
El sistema de purificación de agua era tan avanzado que uno de sus materiales clave, la zeolita, sigue siendo común en los filtros actuales, ya que son minerales volcánicos compuesto principalmente de aluminio, silicio y oxígeno que se forman cuando la ceniza volcánica reacciona al agua subterránea alcalina.
Sus propiedades físicas y químicas únicas les permiten filtrar contaminantes, desde metales pesados hasta microbios diminutos, cuando el agua pasa a través de las zeolitas, las partículas suspendidas pueden adherirse física o químicamente a los granos mientras el agua sigue fluyendo a través de los huecos, se lee en el artículo publicado el 19 de septiembre de este año.
El uso maya de zeolita es el más antiguo conocido del mineral para la purificación de agua en el mundo, mil 800 años anterior al invento de mil 627 del científico británico Robert Bacon.
Se estima que el embalse del palacio en Tikal alguna vez almacenó 31 millones de litros de agua y se cree que el Corriental purificado con zeolita tuvo una capacidad de 58 millones de litros en su apogeo.
El descubrimiento del sistema de filtración de Corriental surgió del trabajo de campo realizado en 2010, cuando los investigadores recolectaron 10 muestras de sedimento de cuatro de los reservorios de Tikal, aunque no se descarta que también lo utilizaron en otras ciudades para tener agua exclusivamente para beber.
Los científicos plantean la hipótesis de que la arena de zeolita podría haber estado intercalada con petates, unos tejidos de hojas, para crear filtros, estos podrían haber estado incrustados en paredes porosas de ladrillos de piedra caliza que los mayas instalaron en el camino del agua hacia el depósito.
Según el estudio que detalla el uso de zeolita, la arena por sí sola habría hecho que el agua pareciera clara, pero no habría tenido ningún impacto en los microbios o el mercurio.
Con la adición de zeolita, los mayas obtuvieron agua de calidad incluso para los estándares modernos.