A usted amable lector que en su casa lo cubre un techo de por ejemplo 150 metros cuadrados, si hubiera contado con un sistema de captación de agua pluvial construido de tubería galvanizada o PVC habría podido llenar durante un año 7 mil 500 garrafones de agua de 20 litros, con lo cual podría afrontar de mejor manera la escasez del vital líquido en el valle de Toluca.
Esta cantidad se obtiene porque en cada metro cuadrado de una azotea se puede captar hasta un metro cúbico de agua, es decir mil litros, y si la superficie es de 150 metros nos arroja 150 mil, entre 20, que es lo que cabe en el garrafón, nos arroja una cifra de 7 mil 500.
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Pero si ya lo tiene es porque también conoce que existen más alternativas, como los tinacos destinados exclusivamente para la cosecha del agua de lluvia o los pozos de absorción y trincheras de infiltración que previenen inundaciones.
Captar el agua es una tradición milenaria. En todo el mundo se desarrollaron métodos para recoger y utilizar el recurso pluvial, sin embargo, con el progreso de los sistemas de distribución por medio de la entubación, estas técnicas se fueron abandonando.
Susana Bianconi, doctora en diseño, quien posee un sistema de captación en su casa desde hace más de 30 años, indicó que en particular en el valle de Toluca llueve mucho, puede llegar de 800 a mil milimetros, es decir que por cada metro cuadrado del techo de la casa se logra captar hasta un metro cúbico por año y consecuentemente tener una reserva, ahora bien, estas bajadas de agua también sirven como rompepicos. Si se tiene una lluvia muy intensa el agua se junta en un tambo y luego pasada la tormenta se deja salir.
SISTEMAS
El ingenio para captar y almacenar el agua de lluvia varía por zonas, esto determinará la viabilidad y costos, así como el uso al que se destinará el vital líquido.
Bianconi expresó que uno de los sistemas utilizados en el valle de Toluca es el de tubería para cosechar el agua que cae sobre los techos de las casas. Su instalación es sencilla, ya que sólo se requiere un filtro y los tubos galvanizados o PVC para que el líquido llegue a una cisterna.
Otra alternativa surge por iniciativa de una empresa que construye tinacos, los cuales se pueden instalar de manera subterránea o en terrazas, señaló que se acompaña de un filtro, paquete de canaletas y una bomba manual y se utilizan en casas, escuelas, edificios residenciales, parques, hoteles y hospitales; su capacidad es de 5 y 10 mil litros.
El uso del agua pluvial está recomendada para los sanitarios, campo de riego, lavado de pisos, no obstante también para consumo humano.
“El agua de lluvia es un poco ácida por los contaminantes ambientales, pero eso se neutraliza utilizando cal, se pone en un calcetín limpio y se mete en la cisterna, eso es muy barato”, refirió Bianconi, exintegrante de la Sociedad de Arquitectos Paisajistas de México (2003-2015).
Sistemas como las torres de bambú o PVC, señaló, son más indicadas para zonas donde llueve muy poco, se encargan de captar la humedad en el aire y su recolección promedio en un día es de 20 litros, no obstante al final también representa una alternativa en temporadas secas.
Además comentó que los pozos de absorción (espacios huecos rocosos) están encargados de mitigar las inundaciones, en general no es para uso doméstico, sino devolver el agua a la tierra; donde hay encharcamientos se escava hasta que se encuentra el tepojal (piedra pómice de origen volcánico recubierto de arcilla), se rellana de roca y al llegar ahí el agua se obsorbe.
Adicionalmente las trincheras de infiltración son excavaciones poco profundas rellenas de grava u otros materiales porosos, generan un almacenamiento temporal del agua de lluvia, con la finalidad que el líquido regrese al subsuelo y así evitar los encharcamientos, principalmente en lugares públicos.
MÁS ÁREAS VERDES
Divulgar las alternativas para aprovechar el agua de lluvia no es suficiente, la gente cree que la solución a una inundación es seguir pavimentando cuando es todo lo contrario, se necesitan más áreas verdes.
“Vemos que la educación de los niños es al revés, en los patios de las escuelas siempre hay concreto, han creado bodegas industriales horribles donde nuestros niños pasan la infancia, las áreas verdes son escasas, no quieren entender que tener árboles es más barato que construir techos artificiales”, refirió la especialista.
Aunado a contar con un buen sistema de agua pluvial hace falta fortalecer la cultura de ahorrar en el consumo.
“Estamos en una zona donde aún no nos afecta demasiado la carencia de agua, tenemos pozos muy profundos, pero debemos aceptar que en el futuro se secarán, de ahí la necesidad de tomar medidas desde ahora, y sobre todo porque el agua fósil (que ha permanecido en un acuífero por miles o millones de años) que estamos extrayendo no se recarga, no es renovable y el día que se acabe es para siempre”, sentenció.
SINGAPUR
Singapur es una ciudad que tiene cuatro alternativas para aprovechar el agua, al ser una isla le compra el agua a Malasia, pero como su contrato está por vencer, el 75% de su territorio ya tiene cisternas para aprovechar el agua de lluvia como segunda elección.
La tercera es que en todas las vialidades y espacios públicos cuenten con cisternas, también se les ha dado por reciclar el agua gris (que proviene del uso doméstico), en ese tema han sido eficientes tanto con la evaporación y el proceso de ósmosis inversa (tecnología de purificación que utiliza una membrana semipermeable para eliminar iones, moléculas y partículas grandes), con lo cual logran que el agua pase a calidad industrial.
“La cuarta opción que tiene Singapur es la desalinización del agua de mar, pero ellos no se van por una sola, van por las cuatro, porque por ejemplo en un año de seca tienen la opción del mar, un buen sistema de prevención para que no les falte el agua”, dijo Bianconi.
En México están lejos de implementar estos sistemas, Bianconi puso como ejemplo donde arrancan los puentes de los segundos pisos viales, el agua baja por la cinta asfáltica y se junta con la otra, por lo tanto es ahí donde hacen falta los pozos de absorción.
“Pero la Junta de Caminos es la omisa, los ingenieros civiles lamentablemente no buscan estas ecotécnicas, no les importa que nos inundemos, construyen, entregan la obra y se van, nos dejan el problema, en los estacionamientos también hay que persuadir a los gerentes a que hagan trincheras de infiltración, entre una hilera de autos y otra debe existir una en vez de hacer guarniciones, esto ayudará a no saturar los drenajes, tenemos que resolver el problema del asunto del agua in situ", aseveró.
UNA OPCIÓN
Diana Bobadilla, integrante de Abracemos Toluca y ambientalista, explicó que hasta hace unos años atrás era impensable tener colonias sin agua en el valle de Toluca, esto obliga a implementar técnicas como la captación del agua pluvial, sin embargo aún no es una estrategia que se promueva de forma colectiva o como primera opción ante la escasez.
“Es una crisis grande, son de las primeras veces que nos ponemos a pensar en qué vamos a hacer por la catarsis, pero es real que hay colonias que se están quedando sin agua”, comentó.
Dijo que una de las soluciones es cambiar de hábitos en el uso del agua potable y que los gobiernos e industrias del valle de Toluca implementen tecnología dirigida al rehúso.
“Es importante el cambiar nuestros hábitos, pero no sólo con estrategias como cerrar llaves, todos los ciudadanos podemos ir implementado infraestructura para captar el agua de lluvia que pueda alimentar el tinaco, el sanitario o para lavar la ropa”, expuso la activista.
Explicó que los nuevos instrumentos tecnológicos que son comerciales también ayudan en el ahorro del agua, tales como inodoros y regaderas.
“Es un tema de consciencia y de educación ambiental entre la ciudadanía”, puntualizó Bobadilla.