Durante la pandemia del coronavirus se han incrementado los trastornos alimenticios en la población debido principalmente a la tristeza, ansiedad, ira y soledad que ha dejado primero la cuarentena y después el aislamiento social.
El número de pacientes ha llegado al doble comparado a los tiempos previos de la emergencia sanitaria, por lo que la pandemia se ha convertido en un caldo de cultivo para generar problemas alimenticios.
Algunos pacientes se sienten fuera de control y recurren al exceso como mecanismo de supervivencia, mientras que en el lado opuesto aplicaron dietas hasta el punto de la anorexia.
Lo anterior se detalla en el artículo publicado por la agencia AP el pasado 24 de mayo con el título: La pandemia es caldo de cultivo para trastornos alimentarios, donde diversos especialistas aportan su conocimiento sobre el tema.
Se agrega que los trastornos alimenticios afectan a un 9% de las personas en todo el mundo, la anorexia es uno de los más comunes, generalmente implica hábitos restrictivos de la alimentación y delgadez extrema. Puede causar presión arterial anormalmente baja y daño a los órganos.
En el caso de la bulimia implica ingerir grandes cantidades de alimento para luego de comer provocarse vómitos.
Varios meses después de iniciar la pandemia del Covid-19 los investigadores documentaron aumentos de la ansiedad y depresión derivado del estrés, el dolor, el aislamiento y el daño económico provocados por la emergencia sanitaria del Covid-19.
Una nueva investigación de científicos de la Universidad de Florencia apunta hacia otra área de preocupación: los bloqueos diseñados para ralentizar la propagación del virus pueden provocar una recaída entre los pacientes en tratamiento para la anorexia y la bulimia.
Es probable que los efectos emocionales negativos de la cuarentena se acentúen en muchos pacientes de anorexia nerviosa que ya están aislados tanto emocional como físicamente, adicional a lo anterior hay evidencia que sugiere que estas secuelas cognitivas y psiquiátricas adversas pueden tener efectos duraderos en las personas en riesgo.