Toluca, México.- Muchas son las teorías, pero la que más recordamos y damos por sentada es que hace 65 millones de años, un asteroide impactó con la Tierra. Su alcance resultó devastador para más del 76% de los seres vivos en la tierra primitiva.
Después de la desaparición de los dinosaurios en su lugar, proliferaron otras formas de vida, entre ellas los homínidos, pero ¿cómo fue aquél instante a detalle y cuáles fueron sus consecuencias inmediatas y subsecuentes?
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Hoy sabemos que la mayoría de los dinosaurios no perecieron instantáneamente, sino que se trató de un proceso que se prolongó decenas de años, a pesar de esto, aún tenemos interrogantes sobre el evento que provocó el auge de los mamíferos y las aves que vivimos en la actualidad.
Un hallazgo realizado en Dakota del Norte, a más de 3 mil kilómetros de la Península de Yucatán, donde impactó el asteroide, aporta más pistas para recrear el momento posterior al evento cósmico que puso fin al reinado de los dinosaurios en la Tierra.
En el sitio de la excavación se encontraron fósiles de organismo marinos, terrestres y plantas de la época formando una masa en una capa de metro y medio de espesor, todos ellos mezclados con pedazos de roca y escombros propios de la onda sísmica, como una maraña de huesos de dinosaurio, plumas y restos de seres vivos que confirman el alcance global del asteroide que impactó en Chicxulub, actualmente México, el hallazgo de la mano de el equipo de la Universidad de Kansas dirigido por Robert de Palma.
Los detalles que el depósito fósil arroja sobre los momentos posteriores al asteroide son tales, que funcionan como una fotografía instantánea de la hora 0, un conjunto de evidencias bien conservadas de los minutos finales del Cretácico, según los científicos responsables del hallazgo publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
Esta investigación coincide con una simulación recientemente elaborada por científicos de la Universidad de Michigan, que intenta recrear el movimiento del océano tras el impacto. El modelo estima que las ondas sísmicas provocaron una ola de al menos un kilómetro y medio de altura que alcanzó una velocidad de 20 centímetros por segundo, cuyos efectos alcanzaron una escala global, recorriendo varias especies biológicas a lugares distintos a sus sitios de origen.