El asombro entre los mexicanos tiene una expresión por todos conocida, “quedarse de a seis”, la frase es más antigua que decir “se te acabó el veinte” o “ya les cayó el chahuistle”, su origen se remonta en el México del siglo XIX.
Los orígenes de la expresión se desarrolló en el entorno militar, en esa época (siglo XIX) la principal arma de guerra era el cañón, los más comunes de cuatro y seis pulgadas, medida utilizada según el sistema métrico de donde eran elaborados, principalmente el Reino Unido.
Cuando la bala de cañón era disparada era garantía que ocasionaría importantes daños, sobre todo las de seis pulgadas, fue así que “quedarse de a seis” comenzó a utilizarse para referirse a un asombro de grandes magnitudes.
Con el paso del tiempo la frase llegó a otros sectores de la población pese a tener sus inicios en el ambiente militar.
Existen otras versiones del origen, la otra es que también surge dentro del argot militar pero deriva del diámetro de la boca del cañón de seis pulgadas para referirse a la sorpresa de la boca tan abierta como un cañón.
Otras expresiones
La expresión se suma a otras de constante uso como “sepa la bola” que tiene sus orígenes en la Revolución, una forma de decir “nadie sabe”, el contexto es que la bola era el grupo de soldados que en muchas ocasiones atacaban poblaciones para saquear y después le echaban la culpa a la bola, es decir a nadie.
“Chupó faros” es otra en la lista de uso extendido, esta tiene relación con los cigarros faros, una de las marcas más antiguas de México, pero en el ambiente bélico de la Revolución la toma de prisioneros era común y se les condenaba a muerte por fusilamiento. Se cuenta que la mayoría de los presos que iban a ser ejecutados pedía como última voluntad fumarse un cigarrillo y la marca que elegían, por ser la más barata, era Faros, así que chupar faros era sinónimo de un inminente ajusticiamiento.
Existen otras expresiones como “cuate” para referirse a los amigos cercanos, “híjole” para externar sorpresa, duda, dificultad, olvido y proporciona una justificación para no hacer, quedar mal o aplazar alguna actividad solicitada.