Para mitigar el frío en la temporada navideña no hay nada como un ponche, sus ingredientes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico por su variedad de frutas y no solo se disfruta en México, también en otros países.
El antecedente del ponche navideño está con los persas en el Medio Oriente, el cual era una mezcla de agua con jugo de limón, alcohol, azúcar y hierbas aromáticas, después llegó a Europa y los ingleses lo denominaron “punch”. En México llegó durante la época de la Colonia.
En España el ponche era preparado con ingredientes de Asia y Europa, pero cuando llegó a México se incorporaron las frutas locales como el tejocote, piña, caña y guayaba, con lo cual fue adquiriendo su identidad con otros ingredientes, entre ellos flores de jamaica, piloncillo, tamarindo, manzana, ciruela pasa y canela.
No obstante existe una amplia variedad del ponche a nivel nacional, por ejemplo en Colima está el de coco que se prepara con leche y coco rallado, el de granada (con aguardiente de caña), en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el de piña, que lleva piña molida con agua, tuxca, azúcar, canela, pimienta gorda y jengibre.
El especiado es otro tipo de ponche, sus ingredientes son: canela, vainilla, cardamomo, ralladura de naranja y limón, clavos de olor, pimienta negra y se endulza con miel.
Mientras que en Chihuahua es tradicional el ponche de nueces, el cual lleva guayabas, tejocotes, manzanas, cañas, ciruelas pasas, nueces, canela, azúcar y la bebida alcohólica puede ser ron, brandy o sotol.
En otros países de América está el ponche huevo que es muy popular en Canadá y Estados Unidos, pero también se acostumbra en el Istmo de Tehuantepec, que es una mezcla de ron con leche, huevo batido y azúcar para adquirir una textura cremosa.
En Venezuela se prepara el ponche crema con leche condensada, ron y crema pastelera, mientras que en Bolivia el ponche navideño lleva vino tinto, jugo de naranja, ron, canela y clavos de olor, en Argentina es el clericó, un cóctel de vino blanco y frutas picadas.